En la concesionaria le creyeron y lo dejaron irse sin confirmar la transferencia.
Un hombre logró estafar a un vendedor de autos haciéndose pasar por un jugador del equipo de básquet del Real Madrid. De un concesionario de Tarragona, España, se llevó un Audi R8 de segunda mano sin pagarlo y ahora lo busca la policía.
Cuentan los medios españoles que el estafador se acercó al salón de ventas para preguntar por un R8 que había visto exhibido. El auto costaba más de 40 euros, una cifra que aparentemente le resultaba muy fácil de pagar.
Al momento de pagar, le dijo al vendedor que haría una transferencia desde Suiza. Avisó que tardaría entre dos y tres días. Mostró un comprobante falso y se fue de la concesionaria con el vehículo tras ganarse la confianza de los empleados.
Según informe El Mundo, se hizo pasar por Khadim Sow, que jugó en el Real Madrid y la temporada pasada hizo lo mismo en el BBC Nyon de la liga suiza.
El vendedor, Javier Pato, comentó en TV3 que el hombre “llegó muy bien, agradable, amable, se presentó como un jugador de baloncesto”. “Me preguntó la cantidad, hablamos de ello y entró en la aplicación para hacerme la transferencia”, agregó. Y, tras no ver el dinero, dice: “Yo voy llamándole, siempre me cuelga”. El presunto estafador fue denunciado a los Mossos d’Esquadra.
Pasaron dos semanas desde el hecho y todavía el pago no ingresó a la cuenta bancaria de la empresa. La gran pregunta es por qué el vendedor permitió que se retire de la concesionaria con el auto si todavía no había confirmado el pago.
Prendió fuego un concesionario para quejarse de que le vendieron un auto fallado
Un hombre de setenta y nueve años prendió fuego un concesionario a modo de queja por un auto que compró y mostró fallas en el funcionamiento. Lo curioso es que lo hizo treinta y seis años después de haberlo adquirido.
Su nombre es Dewey Fredrick y vive en Indiana, Estados Unidos. En 1986 compró en el concesionario O´Daniel Automart un Jeep que, según él, reportó numerosos fallos en el motor.
Fredrick asegura que se quejó varias veces de las fallas que presentó su vehículo, pero la concesionaria no se hizo cargo. A tal punto que en los primeros años de vida ya había intentado vengarse, provocando algunos daños en los autos del salón.
Pasaron los años y esta vez se vengó de verdad: llegó al concesionario en una pick up blanca y comenzó a prender fuego los autos. Algunos de ellos eran un Jeep Compass, un GMC Acadia y un Jeep Cherokee.
Se estima que, en total, los daños que provocó este cliente enojado rondan los 83 mil euros. Ahora está acusado de cuatro cargos de incendio provocados y se enfrenta a una pena de 48 años de prisión.
Fuente: TN