Lo reemplaza Pablo Iuliano, vicepresidente de upstream no convencional de YPF
Sergio Affronti dejó ayer de ser el CEO de YPF. Su lugar será ocupado por Pablo Iuliano, actual vicepresidente de Upstream No Convencional de la petrolera. Según pudo saber LA NACION, la salida de Affronti tuvo que ver con las diferencias que tenía con el presidente de la petrolera estatal, Pablo González.
Podría decirse que, para Affronti –mendocino de 53 años–, YPF era su casa. Había ingresado a la empresa a en junio de 1993, recién recibido de licenciado en Administrador y Contador Público Nacional, y fue parte de la generación de jóvenes profesionales que formó José Estenssoro, con el anhelo de que fueran los futuros líderes de la petrolera.
Luego de su primera salida de la empresa, volvió de la mano de Miguel Galuccio, el hombre que puso al frente de la compañía Cristina Kirchner tras la estatización en 2012. Affronti estuvo hasta 2016, cuando, poco después de la salida de Galuccio, él también decidió partir. Pese a que las nuevas autoridades le ofrecieron seguir, él optó por renunciar.
Finalmente, su tercer ciclo en la petrolera se produjo en abril 2020, ya para ocupar el sillón que ahora deja. Luego de varias reuniones con Alberto Fernández, en las que recibió el visto bueno del mandatario, comenzó la dura tarea de gestionar la empresa en el peor momento de la pandemia de coronavirus.
Dueño de un vasto currículum en el sector, dentro de YPF Affronti fue, entre otras cosas, gerente general y country manager de Repsol YPF en Ecuador, para pasar luego a estar a cargo de la exploración y evaluación de oportunidades de Upstream del grupo a nivel global.
Cambios internos
Apenas asumió como CEO de la firma, ya en su última etapa, anunció cambios en su mesa chica de trabajo, en la que incluyó, como vicepresidente de Upstream No Convencional justamente a quien ahora ocupará su cargo. “Reorganizamos el equipo para volver a crecer. YPF debe volver a ser el líder de la industria”, afirmó Affronti, al comunicar las modificaciones en la petrolera.
Iuliano, en tanto, nació en La Plata, pero a los seis años su familia se fue a vivir a Neuquén. Se recibió de ingeniero químico en la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) y tiene un MBA (posgrado en negocios) en el IAE. Ingresó por primera vez a YPF en 1998; en 2013, en tanto, fue designado como gerente del Negocio Gas en Loma Campana, desde donde desarrolló los primeros proyectos de shale gas.
Además, durante diez años y medio trabajó en los yacimientos El Portón, en la frontera entre las provincias de Neuquén y Mendoza, y Chihuido de la Sierra Negra (Rincón de los Sauces), el campo productor de crudo estrella en los años 90. En 2017, decidió continuar su carrera en Tecpetrol (de Grupo Techint), luego de lo cual retornó a la petrolera estatal, donde, como se dijo anteriormente, fue designado por Affronti vicepresidente de Upstream No Convencional.
En su paso por Tecpetrol, Iuliano llevó adelante el proyecto de Fortín de Piedra, el cual sorprendió a la industria por su productividad para la producción de gas y confirmó la eficiencia de Vaca Muerta. En tanto, en su primer año de gestión desde el puesto de vicepresidente de Upstream No Convencional, se duplicó la producción de gas no convencional y la de petróleo no convencional aumentó un 67%.
Iuliano no la tendrá fácil en su nuevo cargo como CEO de YPF, puesto que, cuando pasó poco más de un mes de la celebración de sus 100 años de vida, la firma no pasa precisamente por su mejor momento. Pese a que en el primer trimestre de este año, según su balance, obtuvo una ganancia neta de más de $26.000 millones, respecto de igual trimestre de 2021, analistas del sector opinan que la empresa tiene dificultades para financiarse, perdió valor de mercado y sigue sin poder aprovechar todo el potencial de Vaca Muerta.
Dudas a futuro
En un contexto en el que el petróleo cotiza a US$120 el barril, las petroleras de la región y el mundo mejoran sus balances, mientras que YPF no puede aprovechar ese impulso y se ubica abajo en la tabla de desempeños en el sector. Es más: su valor de mercado en la actualidad es de apenas US$2700 millones.
Pese a que los vientos internacionales son favorables, la compañía enfrenta tres inconvenientes a nivel local: su incapacidad para trasladar el aumento en la cotización del petróleo a los precios locales de los combustibles; la elevada inflación, que le engorda los costos, y su cercanía con el Gobierno, algo que genera dudas entre los inversores.
Fuente: La nacion