El 3 de mayo de 2012, la Cámara de Diputados dio luz verde a la estatización de la empresa durante el segundo mandato de Cristina Fernández de Kirchner.
El 3 de mayo de 2012, hace exactamente 10 años, el Congreso Nacional aprobó la ley de expropiación de YPF con apoyó de la oposición, en aquel entonces, durante el segundo mandato de Cristina Fernández de Kirchner.
El Gobierno anunció la decisión al presentar el proyecto de ley el 16 de abril de aquel año. La presidenta dijo en aquel entonces que no se trataba de «un modelo de estatización sino de recuperación de la soberanía».
De acuerdo al artículo 31 de la Ley de Hidrocarburos 17319/67, se declaró el 51 % del patrimonio de YPF de utilidad pública y sujeto a expropiación.
Se hizo con críticas a Repsol, empresa multinacional que poseía la mayoría de las acciones, por la «disminución en las reservas de petróleo» y la necesidad de Argentina de importar gas y petróleo durante ese año.
Mediante un DNU, el gobierno de Cristina Kirchner intervino YPF, con Julio de Vido, ministro de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios y el viceministro de Economía, Axel Kicillof, como interventores.
La razón de esta medida fue «asegurar la continuidad de la empresa, la preservación de sus activos y de su patrimonio, el abastecimiento de combustibles y garantizar la cobertura de las necesidades del país».
El 25 de abril, el Senado le dio media sanción al proyecto con 63 votos a favor, 3 en contra y 4 abstenciones. El 3 de mayo se dio la aprobación en Diputados con 207 votos a favor, 32 en contra y 6 abstenciones.
El único bloque que votó enteramente de manera negativa fue el del PRO. La expropiación recibió el apoyo de sectores opositores como la UCR, el Frente Amplio Progresista, la Coalición Cívica ARI, Libres del Sur y legisladores del PJ disidente.
El 27 de febrero de 2014 se firmó el «Convenio de Solución Amigable y Avenimiento de Expropiación» entre Argentina y la empresa Repsol, ya con Kicillof a cargo del Ministerio de Economía.
El actual gobernador de Buenos Aires afirmó recientemente que con la estatización «no solo se logró recuperar la empresa de bandera y su papel en el desarrollo de la producción y en la distribución del ingreso; sino que también a través de la recuperación de YPF se le dio vida a Vaca Muerta».
Frases de aquel momento, hace 10 años
Cristina Fernández de Kirchner: «La idea es esencialmente una YPF absolutamente moderna, competitiva, con gente profesional y con dirección política, con la meta de tener autoabastecimiento y superávit hidrocarburífero que sostenga el crecimiento de la actividad y el empleo».
Laura Alonso: «El kirchnerismo en estos nueve años de desgobierno fue y es parte del saqueo de nuestros recursos naturales. Lamento que colegas de la oposición convaliden con su voto la impunidad de esta década y un futuro de corrupción y saqueo».
Ricardo Gil Lavedra: “Coincidimos en un aspecto central: la conveniencia del que país tenga una petrolera estatal o con mayoría estatal».
Felipe Solá: «Estamos orgullosos de acompañar a la mayoría y al oficialismo en esta decisión de la Presidenta. Ahora digo que no nos defrauden».
Pino Solanas: «Celebramos esta resolución porque hace 20 años que venimos trabajando para recuperar nuestro petróleo».
Alberto Asseff: «Los dogmatismos son malos. Así como es perverso el dogmatismo neoliberal o como se lo quiera llamar, también es absolutamente inconveniente para los intereses nacionales 90 años después y luego de haber pasado tanta agua por debajo del puente volver al dogmatismo estatista.
Sí se debe volver a un Estado que controle, a un Estado funcional, pero no a un país estatizado».
Agustín Rossi: “Queremos una YPF ágil, que no de pérdidas, porque YPF es la principal empresa argentina. No es la primera que estatizamos. Tráiganme una denuncia de corrupción en algunas de esas empresas”.
Fuente: Rio negro