El Presidente resaltó la necesidad de transportar gas y tener una empresa nacional como YPF ante la crisis energética que vive el mundo. “Con toda justicia se va a llamar Néstor Kirchner”, afirmó.
En ese sentido, subrayó la determinación de Fernández de Kirchner en 2012 para nacionalizar el 51% de la petrolera que estaba en manos de la española Repsol y aseguró que en aquél tiempo “pocos confiaban y fue todo un problema”.
“Pero miren lo que fue ese acuerdo y lo que dio lugar”, enfatizó el primer mandatario que estuvo acompañado por Axel Kicillof, gobernador bonaerense; Omar Gutiérrez, gobernador neuquino; Darío Martínez, secretario de Energía de la Nación, y Pablo González, presidente de YPF.
La estatización dio lugar a dos pensamientos: “una YPF pujante, creciente, que también fuera testigo para los precios de la energía” o “una empresa declinante, que cediera espacio a otros intereses como fueron los años del gobierno que nos precedió”.
“En los dos casos estuvo en manos del Estado, pero en un caso hubo una política pero en otro caso hubo otra”, indicó al tiempo que aseveró que su gestión está “revirtiendo el problema de la falta de energía de esos cuatro años”.
Con la obra del gasoducto, el presidente aseguró que se está “poniendo en valor algo muy importante para el desarrollo de la Argentina: no hay posibilidad de desarrollo sin industria, no hay posibilidad de que la industria crezca sin energía y no hay posibilidad de que esa energía salga de otro lugar que no sea del suelo argentino”.
El proyecto “con toda justicia se va a llamar Néstor Kirchner” porque “tiene todo eso que fue Néstor: tiene eso de hacerle frente, ponerle el pecho, ponerse de pie en donde hacía falta levantarse”.
“Necesitamos llevar el gas a cada rincón del país para que allí puedan establecerse industria, producir y darle oportunidades en esta Argentina del centro y de la periferia, como siempre digo”, fijó y agregó: “Ésta Vaca Muerta está más viva que nunca”.