Entre las luces amarillas señalan el retraso del tipo de cambio oficial y las restricciones en los mercados exportadores. Fuerte apuesta a la ganadería de cría.
Es un reclamo de todo el sector exportador de la Argentina, que el tipo de cambio oficial no se está moviendo al mismo ritmo de la inflación y eso está haciendo mella en la rentabilidad de las empresas del agro. En este marco hay que tener en cuenta que los productores además pagan retenciones del 33% en el caso de la soja y del 12% en el caso del maíz y el trigo. Es por ello, que lejos están de captar de forma directa los altos precios internacionales de los commodities del agro.
En este caso en particular difiere mucho si el productor es dueño del campo o arrienda. En el segundo de los casos los márgenes de rentabilidad son todavía más acotados en un contexto además en el que pesa el incremento en los precios de insumos claves como los fertilizantes y semillas.
Teniendo en cuenta estas variables, una de cada seis hectáreas que se planifica sembrar en el presente invierno se hará con un cultivo que no tiene como finalidad la cosecha, sino con el foco puesta en la sustentabilidad y la rotación. “La siembra de trigo registraría un descenso relativo (60% respecto al 66% del año pasado) debido a que las condiciones comerciales presentes en el mercado del cereal no son las ideales a causa de la intervención oficial y a la consiguiente incertidumbre respecto al mercado de este cereal. De todas maneras, en términos nominales el área de trigo se mantiene estable”, indica el relevamiento.
En lo que respecta al negocio ganadero, según la encuesta de CREA, tal como viene sucediendo desde fines del año pasado, más de la mitad de los ganaderos consultados proyecta aumentar el stock de vientres en un contexto en el cual esa categoría de hacienda opera como reserva de valor frente a un contexto inestable.
Concretamente, los planteos ganaderos de cría proyectan destetar en promedio un 2,4% más de terneros que en 2021, lo que representa un importante logro, pues muchas regiones resultaron afectadas en los últimos meses por sequías e incendios.
En cuanto a la invernada, la encuesta reveló que, en promedio, la duración media de la terminación de vacunos en marzo pasado fue estimada en 13,2 meses, mientras que un año atrás era de 10,9 meses. Eso porque los sistemas se están tornando más pastoriles como estrategia defensiva frente al aumento generalizado de costos de producción.
Finalmente, en lo que se refiere a la lechería, aun cuando dos de cada tres encuestados indicó que sufrió sequía como adversidad climática en el último ciclo, se espera un aumento en la producción de leche en los próximos cuatro meses a causa principalmente de un aumento de la cantidad de vacas en ordeñe.
“Tanto por el contexto institucional local, dado por la incertidumbre en cuanto al marco normativo vigente en el que tienen que operar las empresas, como por el riesgo productivo, dado el impacto del clima por la sequía y los incendios, los empresarios del agro están atravesando una situación compleja que impacta en la toma de decisiones, no solo en las del día a día, sino también de mediano y largo plazo”, cierra el relevamiento que deja varios puntos clave a tener en cuenta.
Fuente: Ambito