Mientras en el campo denuncian desabastecimiento, los transportistas advierten por sobreprecios para cargar gasoil.
Los últimos días fueron muy vertiginosos para el sector agropecuario. A los problemas ya conocidos ahora se suma dificultad en la provisión de combustible en la zona núcleo, donde la demanda de gasoil se acelera gracias al trabajo de cosechadoras y camiones que serán indispensables para convertir los granos en los dólares que la economía necesita
A nivel agronómico, el mayor requerimiento lo tiene la soja ya que cuando el cultivo esta listo para ser cosechado deben pasar las maquinas. Si eso no ocurre y se registran precipitaciones, la humedad podría afectar a la planta y por consiguiente perderían calidad los granos. En definitiva, se pierde parte de la rentabilidad que según el estado de los lotes puede ser de por sí muy ajustada.
En cuanto a los reclamos por sobreprecio y desabastecimiento de gasoil, los primeros en poner el grito en el cielo fueron los dirigentes de la Mesa de Enlace. El viernes último a través de un comunicado destacaron que “el gasoil se ha convertido en un recurso escaso en distintas localidades del país”. Con el reclamo de la dirigencia rural se encendieron todas las alarmas y comenzó a observarse un incremento de la demanda.
Jorge Scoppa, Presidente de la Federación Argentina de Contratistas de Maquinaria Agrícola (FACMA) aseguró en diálogo con Ámbito que “hay lugares donde falta o no se entrega la cantidad necesaria. Donde la cosecha no empezó no hay mayores problemas pero en la zona núcleo, parte de La Pampa y algunas zonas de Buenos Aires, las entregas son limitadas. En Argentina hoy estamos todos comunicados y cuando falta un insumo tan importante, todo el mundo quiere comprar”.
La situación es por demás compleja porque el campo es un gran demandante de combustible, en particular de gasoil. Una cosechadora y un tractor consumen 1500 litros por día, por eso muchos productores o contratistas -que se mueven por todo el país y brindan servicios en distintos campos con varios equipos- optan por solicitar el expendio en cada uno de los lotes donde van a trabajar. Ese servicio de entrega a granel es el que, según el sector agropecuario, registra demoras. Desde la Filial Hilario Lagos de la Federación Agraria, en el norte de La Pampa, Adolfo Sanchez confirmó a Ámbito que al día de hoy no hay provisión para el sector agrícola y que “se habla de un aumento del 40%” que podría normalizar la situación.
Otro sector que también requiere gasoil es el de los transportistas, que en proporción consumen aún más que quienes cosechan. Manolo Lamas, referente a nivel nacional del sector de transporte de cargas aseguró en diálogo con este diario que “comprar a granel en lugar de ser un beneficio termina siendo un problema, porque el Gobierno congeló los precios en el surtidor pero no en la entrega por cantidad, entonces en el surtidor el gasoil tiene un costo promedio de $ 110 cuando a granel cuesta $ 133”.
En el caso de los camiones, el problema es que en las estaciones de servicio los precios y las condiciones cambian según la zona de carga. Según pudo averiguar Ámbito, los precios pueden llegar hasta los $ 180 el litro si se quiere llenar el tanque de un camión, con 700 litros. Esos camiones, que deberán llevar los granos a los puertos, transportar hacienda, alimentos o cualquier tipo de mercadería son los que sufren los mayores costos. Por ese motivo una de las federaciones que los agrupa (FETRA) convocó a un paro nacional para la semana próxima.
Para dar tranquilidad al mercado, en las últimas horas la petrolera YPF informó a través de un comunicado que “está haciendo sus máximos esfuerzos de producción, importación y logísticos para sostener la creciente demanda de gasoil en un contexto de escasez internacional de combustibles”. Además, destacó que “la compañía aumentó su oferta de gasoil en el mercado durante el mes de marzo y los primeros días de abril, alcanzando los mayores niveles de oferta de los últimos diez años”.
La falta de combustible -o en su defecto el sobreprecio- podría acelerar la escalada inflacionaria en el rubro alimentos, generando una menor oferta de bienes disponibles. Por citar un caso, las cargas de hacienda para la semana próxima están condicionadas a la disponibilidad del combustible y lo mismo ocurre con varias cadenas productiva