Administrar el consumo es clave ante la escasez del combustible para los autos diésel.
En distintas partes de la Argentina se registra por estas horas un faltante de gasoil, el combustible que se utiliza para abastecer a los vehículos con motor diésel, también conocidos popularmente como “gasoleros”.
Como consecuencia, varias estaciones de servicio están implementando un sistema de cupos; es decir, vender una cantidad máxima de litros por cliente, a fin de asegurar la demanda total.
En esta situación de inestabilidad e incertidumbre, se aconseja a los conductores tomar precauciones a la hora de administrar el consumo, sobre todo a los que manejan largas distancias y circulan por rutas sin muchas estaciones de servicio.
En lo posible, siempre es mejor tener el tanque con el máximo de combustible y rellenarlo sin esperar a que se quede seco el depósito. Cuanto más vacío está el tanque, más fácil se evapora el combustible y, por lo tanto, se consume antes.
Cómo ahorrar en el consumo de combustible
- Conducir suavemente. Es el consejo más importante. Cualquier auto y en cualquier condición eleva el consumo de combustible al acelerar y frenar bruscamente. Para evitarlo, es fundamental manejar a velocidades constantes todo lo que se pueda y subir de cambio cuando el motor gire entre 2.000 y 3.000 rpm, excepto en condiciones de sobrepaso (en esa situación, es indispensable el rebaje).
- Ponerle a los neumáticos la presión adecuada. Los especialistas dicen que el 20 por ciento del gasto de combustible es provocado por la resistencia a la rodadura de los neumáticos. Es fundamental inflarlos con las libras que indica el fabricante (en el manual del auto lo dice y, generalmente, también en las puertas) para distintas condiciones, ya que no se requiere la misma presión en ciudad, en ruta o en el off-road.
- Administrar el uso del aire acondicionado. El consumo de combustible sube hasta un 10 por ciento cuando el aire está prendido sin necesidad. En ciudad, dentro de lo posible, se aconseja apagarlo y circular con la ventanilla baja para ventilar el habitáculo. En ruta, la ecuación cambia: lo que te ahorrás por no prender el aire lo gastás por tener la ventanilla baja, ya que a velocidades elevadas empeora la aerodinámica (el viento entra y hace fuerza en contra) y el motor debe hacer más esfuerzo. Para desempañar los vidrios también es clave su utilización.
A su vez, es importante evitar cargas innecesarias (cuanto más peso en equipaje y ocupantes tenga que mover el auto, más tendrá que trabajar el motor y, por ende, más combustible necesitará) y mantener el vehículo en buen estado, ya que circular con piezas mecánicas rotas o desgastadas puede elevar el consumo.
Fuente: TN