La Agencia Internacional de Energía, con sede en París, anticipó en los últimos días que teme un fuerte “impacto” en el suministro mundial de petróleo, tras las sanciones impuestas a Rusia por la invasión de Ucrania.
Como reveló el sitio Oilprice, la escasez de petróleo crudo es invariablemente una mala noticia para quienes consumen productos derivados del petróleo. Pero cuando se trata de estos productos, la escasez de diésel tiene el potencial de ser incluso más devastadora que la escasez de crudo. Rowena Edwards, de Reuters, informó a principios de febrero que la escasez de suministro de petróleo crudo, gas y carbón estaba comenzando a extenderse a los productos derivados del petróleo, en particular a los destilados medios, el más popular entre los cuales es el combustible diésel.
El combustible, cuyo mayor mercado es el transporte de mercancías, se vio gravemente afectado durante los cierres por la pandemia a medida que disminuían las tarifas de transporte. Sin embargo, después del final de los cierres, cuando las economías comenzaron a recuperarse de lo peor de la pandemia, el transporte se recuperó y la demanda de combustible diésel aumentó. Sin embargo, la producción todavía tiene que ponerse al día.
Las existencias de combustible diésel en Europa están en su nivel más bajo desde 2008 y un 8%, o 35 millones de barriles, por debajo del promedio de cinco años para esta época del año.
En los Estados Unidos, la situación es aún más grave. Allí, los inventarios de combustible diésel son un 21 por ciento más bajos que el promedio estacional de cinco años antes de la pandemia, lo que se traduce en 30 millones de barriles.
En Singapur, un centro mundial de comercio de energía, los inventarios de combustible diésel están 4 millones de barriles por debajo del promedio estacional de cinco años antes de la pandemia.
Sin embargo, lo que quizás sea peor es que, en los últimos 12 meses, los inventarios combinados de combustible diésel en los EE.UU., Europa y Singapur han perdido 110 millones de barriles combinados que aún no se han reemplazado.
Reino Unido pide a los árabes que bombeen más petróleo
En este marco, el primer ministro británico, Boris Johnson, llevó a cabo el último miércoles una visita a Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Arabia Saudita en busca de aumentar la producción de petróleo para controlar los precios. Johnson llegó a Abu Dabi para conversar con el príncipe heredero Mohamed bin Zayed y tenía previsto continuar el viaje a Riad, en momentos que Occidente busca terminar con su dependencia del petróleo ruso.
Johnson se reunió con el líder de facto saudita, el príncipe heredero Mohamed bin Salmán, lo que lo convierte en uno de los pocos gobernantes occidentales en visitar Riad desde el asesinato del periodista saudita Jamal Khashoggi en 2018.
Indicó que la visita también buscó aumentar las inversiones británicas en la energía verde, incluido un anunció de 1.300 millones de dólares del grupo energético saudita Alfanar para un proyecto de producción de combustible de aviación a partir de desechos. “No es solo cuestión de mirar a los países de la OPEP y ver lo que pueden hacer para aumentar la oferta, aunque eso es importante”, declaró Johnson a medios británicos.
“Cuando miramos la dependencia que Occidente en particular ha desarrollado sobre los hidrocarburos de Putin, sobre el petróleo y gas de Putin, podemos ver el error que eso ha sido porque él puede chantajear a Occidente”, agregó.
Arabia Saudita y EAU, dos de los mayores exportadores mundiales de petróleo, tienen vínculos con Moscú y han evitado posicionarse contra Rusia. Pero Johnson dijo antes de partir que el impacto de ataque “brutal y no provocado” de Rusia se sentirá más allá de Europa.
Fuente: Ambito