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Los granos se mantienen en valores históricamente altos, lo que aseguraría un ingreso de divisas del sector de alrededor de u$s38.600 millones. Gran oportunidad de cara a la campaña 2022/23.

La falta de precipitaciones se convirtió en el denominador común de la actual campaña agrícola y en este marco los recortes de cosecha no tardaron en llegar. Recientemente la Bolsa de Cereales proyectó que la producción de maíz alcanzaría los 49 millones de toneladas, lo que representa una caída de 2 millones de toneladas respecto de la estimación previa. En tanto, en lo que respecta a soja, por el momento, se esperan unas 42 millones de toneladas. Lo cierto es que la buena noticia es que los altos precios internacionales continúan más que compensando estos recortes productivos y se espera que durante este 2022 el campo aporte en divisas alrededor de u$s38.600 millones.

Según detallan desde la Bolsa de Cereales ya se cosechó alrededor del 10% del área sembrada con maíz y aquellos lotes destinados a grano comercial están brindando rindes por debajo de las expectativas iniciales ante la falta de precipitaciones que experimentó el cultivo en una etapa crítica de desarrollo.

En cuanto a la soja, las noticias parecen más alentadoras y así lo explican los técnicos de la entidad: “Mientras que las cosechadoras comienzan las labores de recolección sobre el centro del área agrícola, heladas sobre el sur de Buenos Aires y La Pampa podrían afectar a los cuadros de soja de segunda. Al mismo tiempo, fuertes lluvias sobre el extremo norte generan excesos siendo el NEA la región más afectada mientras los cuadros más adelantados se encuentran en madurez fisiológica. A la fecha, el 84 % del área reporta una condición de cultivo Normal/Bueno. La estimación de producción se mantiene en 42 millones de toneladas”. De todas formas, la Bolsa advierte que las primeras labores de recolección reportan rendimientos heterogéneos y por debajo al promedio de las últimas cinco campañas.

Agrodólares en la mira

En lo que respecta al ingreso de divisas, el conflicto bélico entre Ucrania y Rusia llevó nuevamente a las cotizaciones de los granos a máximos históricos y eso es una buena noticia pero una espada de Damocles para el Gobierno local cuando intenta controlar la inflación en alimentos y lo que representa el impacto en el mercado interno de los cereales como el maíz y el trigo.

En este contexto, en la Bolsa de Cereales detallan: “En el caso de Argentina, nuestro país ya ha comercializado buena parte de la cosecha 2021/22, especialmente de trigo. De acuerdo a datos del Ministerio de Agricultura, ya se registraron declaraciones juradas de venta al exterior (DJVE) por el 45% de las exportaciones 2021/22. En trigo, prácticamente el 95% de las exportaciones proyectadas para esta campaña ya tienen DJVE, y en el caso del maíz el porcentaje asciende al 60%. Los porcentajes son menores para el resto de los productos. Las toneladas ya comprometidas para ventas al exterior no se benefician de los recientes aumentos de precios.

Si asumimos que el resto de las toneladas proyectadas para exportaciones pueden capturar los actuales precios, el aumento en el valor de las exportaciones como consecuencia del conflicto sería de u$s1.800 millones, lo que es equivalente a un incremento del 5% del valor exportado estimado para 2021/22. En relación a la campaña previa, generaría u$s 3.600 millones adicionales, un incremento del 10%”.

Al mismo tiempo, un dato a tener en cuenta es que también se esperan existan impactos por el lado de las importaciones, vía mayores precios de insumos y energía. En 2021, según el INDEC Argentina importó u$s2.285 millones de abonos y fertilizante. En relación a la energía, el saldo fue negativo para Argentina en u$s630 millones durante 2021, y se incrementaría a u$s3.700 millones durante 2022, según estimaciones privadas.

Finalmente, desde la entidad a modo de cierre explican: “Aunque la contribución en exportaciones que realizaría la escalada bélica en la región del Mar Negro no parece ser significativa, debe destacarse que dados los altos niveles de precios que se vienen registrando en los mercados agrícolas en los últimos meses, la contribución del sector agroindustrial a las exportaciones argentinas sería récord nuevamente en 2022. Lo cierto, es que hasta el momento, los precios compensarían la caída de las cantidades como consecuencia de la sequía.

Asimismo, debe tenerse en cuenta que actualmente Argentina tiene una política de “volúmenes de equilibrio” que limita las cantidades que pueden registrarse para exportación en trigo y maíz, que hoy se encuentran en 14,5 millones de toneladas y 22,5 millones , respectivamente.

Pensando en la campaña 2022/23 que comenzará a sembrarse en mayo con el trigo y la cebada, los actuales niveles de precios de los granos representan una oportunidad para expandir la superficie sembrada y aumentar la producción y las exportaciones”.

 

 

Fuente: Ambito