Sakichi Toyoda fundó su empresa hace más de 100 años, aunque en sus inicios no estaba centrada en el rubro automotriz. Cómo se produjo este cambio.
Estamos hablando de la automotriz más grande del mundo. Si bien nació en Japón, Toyota logró extender su dominio en varias latitudes. Sin ir más lejos, en 2021 le arrebató a General Motors el título de la compañía que más autos vende en los Estados Unidos tras 90 años de reinado. Y en la Argentina también ostenta la corona del principal player. Sin embargo, los automóviles no fueron el negocio core del holding en sus inicios.
El año pasado, la firma japonesa logró comercializar 2,33 millones de automóviles en el mercado estadounidense y superó los 2,2 millones de GM, que dominaba el segmento desde 1931. Por su parte, en nuestro país maneja más del 20% del market share. En 2021, según datos de ACARA, patentó 73.567 autos, alrededor de 18.000 más que la alemana Volkswagen, su inmediato perseguidor.
Pero Toyota recorrió un largo camino para convertirse en el jugador más grande a nivel mundial. Y aunque hoy es reconocida en todo el planeta por sus vehículos, estos no son su principal negocio.
EL VERDADERO ORIGEN DE TOYOTA
Sakichi Toyoda nació en 1867 en una familia dedicada a la agricultura. De joven aprendió el oficio de carpintero y con su habilidad cristalizó su creatividad e ingenio con múltiples inventos. El primero de ellos fue un telar manual de madera que concibió en 1890. A lo largo de los años fue perfeccionando este instrumento hasta que en 1924 creó el telar automático de movimiento continuo. Con este producto como bandera fundó su propia empresa para producirlos y comercializarlos.
Toyoda contaba con la ayuda de su hijo, Kiichiro, quien viajó por el mundo investigando sobre los principales desarrollos en mecánica. En particular, le interesaba el funcionamiento de los automóviles. Mientras tanto, la compañía familiar seguía creciendo y su fundador abrió una planta en Kariya para incrementar su capacidad de producción.
No obstante, Sakichi Toyoda empezó a tener problemas de salud y en 1929 decidió vender su invento. La británica Platt Brothers compró la patente del telar automático por 100.000 libras y el inventor japonés le dio este dinero a su hijo para que armara su propio emprendimiento. Al año siguiente, en 1930, Toyoda falleció a los 63 años.
COMIENZA LA ERA DE LOS AUTOS
Kiichiro desarmó un auto Chevrolet para entender cómo funcionaba y en 1933 armó un departamento automotriz dentro de la empresa de la familia. Paso a paso, investigó e inició pruebas para fabricar acero y un motor. En 1935 presentó su prototipo de motor Modelo A1, al año siguiente consigue finalizar su primer vehículo, un AA, y en 1937 utilizó el dinero que le había dado su padre para fundar Toyoda Motor.
Al poco tiempo opta por cambiar el nombre de la compañía y rebautizarla Toyota. ¿Por qué? Por un lado, buscaba un nombre que pudiera ser atractivo para el público occidente, aunque también hay una razón numérica detrás. Resulta que, en japonés, Toyoda precisa de diez trazos para escribirse, mientras que Toyota se escribe con ocho trazos. Este número, en la cultura japonesa, es considerado de buena fortuna.
En la actualidad, la maquinaria textil continúa teniendo una participación (moderada) dentro de los números de la corporación. Según el último reporte anual de resultados de Toyota, esta pata representa un 2% de su facturación. Sin embargo, su principal negocio no está en la venta de automóviles, que se lleva un 28% del total, sino que está relacionado con los equipos para manejo de materiales, como los montacargas o las palas excavadoras, que ostentan un 68% del share.
Fuente: Cronista