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En las últimas horas, se conoció que Estados Unidos y sus aliados europeos están discutiendo imponer un embargo al petróleo proveniente de Rusia, una de las sanciones económicas más duras contra Moscú por la invasión a Ucrania y que hasta ahora, han mantenido fuera de discusión por el impacto que tendría sobre la economía global.

Los futuros de mayo del Brent subieron un 9,35% hasta rozar los u$s130 por barril en medio de una creciente tensión por el temor a las sanciones al petróleo ruso. Esta cifra es la más alta desde 2012 y se acerca a su récord histórico en 2008 cuando su precio logró superar los u$s143 el barril.

En las últimas horas, se conoció que Estados Unidos y sus aliados europeos están discutiendo imponer un embargo al petróleo proveniente de Rusia, una de las sanciones económicas más duras contra Moscú por la invasión a Ucrania y que hasta ahora, han mantenido fuera de discusión por el impacto que tendría sobre la economía global.

El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, dijo desde Moldavia que el gobierno del presidente Joe Biden ya ha comenzado a discutir imponer un embargo a las exportaciones de crudo de Rusia y que están teniendo “una discusión muy activa” con sus socios europeos para analizar “de manera coordinada” la posibilidad de prohibir las compras de petróleo ruso.

Para bajar la presión sobre el precio del petróleo, la administración de Biden busca aliviar las sanciones petroleras al régimen de Nicolás Maduro en Venezuela, indicó el periódico The Wall Street Journal. Funcionarios estadounidenses ya tuvieron reuniones cara a cara con funcionarios venezolanos en Caracas durante el fin de semana, indicó el periódico, para permitir que el crudo venezolano regrese al mercado internacional abierto.

Según proyecciones de JPMorgan Chase, el precio del petróleo podría alcanzar los u$s 185 a fin de año. La semana pasada, la Agencia Internacional de Energía (AIE), que depende de la OCDE, acordó liberar 60 millones de barriles de crudo (alrededor del 4% de sus reservas estratégicas) para tratar de frenar la escalada de precios, pero el impacto es limitado. Es la cuarta vez que la AIE toma una medida así, las anteriores fueron durante la guerra del Golfo (1991), el huracán Katrina (2005) y la guerra de Libia (2011).

Hasta ahora, Estados Unidos y Europa han protegido al sector energético de las sanciones económicas contra Rusia -que, por ejemplo, golpearon a Sberbank y VTB, los dos mayores bancos rusos, pero dejaron fuera al tercero, Gazprombank, ligado a la empresa de gas estatal.

Cuáles serían las consecuencias

El Fondo Monetario Internacional (FMI) ya advirtió que las consecuencias económicas de la guerra en Ucrania son “muy serias”, al hacer hincapié en el aumento en los precios de la energía, el trigo y otros granos. Gita Gopinath, número dos del Fondo, dijo que se espera que el costo de vida aumente “considerablemente” en muchos países debido a la guerra.

Rusia es el tercer productor mundial de crudo después de EE.UU. y Arabia Saudita. Aunque los estadounidenses podrían reemplazar sus importaciones de crudo ruso a través de otros países, sus aliados europeos están más complicados: Rusia exporta alrededor de 5 millones de barriles diarios, de los cuales casi la mitad van a Europa, y otros 2,7 millones b/d en productos derivados del petróleo.

Por otra parte, la OPEP+, de la que Rusia forma parte, no se moverá un milímetro de su plan de aumentar la producción en 400.000 barriles diarios, a pesar del caos en el mercado, la dispara del petróleo y el pedido de varios países.

Rusia también representa alrededor del 40% de las importaciones de gas en Europa. La crisis energética de fines de 2021 y la guerra en Ucrania han puesto de manifestó la excesiva dependencia del gas ruso. Se espera que la UE anuncie el martes nuevas medidas para garantizar la seguridad energética, lo que incluiría aumentar las importaciones de gas desde EE.UU., Qatar, Noruega, Egipto, Argelia y Azerbaiyán.

 

Fuente: Ambito