Fue uno de los modelos que le permitió a muchas familias tener su primer sedán. Símbolo de logro y esfuerzo, marcó hitos sin perder la “modestia”
Hay muchos autos que quedaron grabados en la historia. Algunos por su éxito en ventas, con millones de unidades vendidas en todo el mundo; otros por el diseño disruptivo para la época en que se lanzaron; y en algunos casos, por ser la oportunidad para muchas personas que hasta el momento no habían podido comprar un vehículo. Este fue el caso del Renault 12, un modelo que comenzó a fabricarse en 1969 y que llegó a su fin en 1994.
El proyecto de Renault dio sus primeros pasos en 1965 en Francia, bajo un plan llamado 117. Se concibió con la idea de que pudiera servir de transporte para las familias de la época, por lo cual la comodidad interior y el motor eficiente eran cuestiones claves para cumplir con la demanda, más allá de la “estética”.
Las especificaciones del brief lo decían claramente: “El vehículo tiene que ser económico y no muy sofisticado, con un espacioso interior y un buen arranque. Será suficiente con un motor pequeño. Tiene que ser fácil de producir para poder ser realizado en todo el mundo. También tiene que ser fiable para la exportación, aunque lo suficientemente cómodo para satisfacer el mercado francés. Se deberá poder utilizar como base para múltiples combinaciones“.
Lo cierto es que fue un avanzado para su época, pensando que hoy la mayoría de las marcas encuentran la rentabilidad y el éxito en proyectos globales.
Su producción en Argentina
Mientras se lanzaba en todo el mundo, la llegada del Renault 12 a la Argentina no se hizo esperar. Fue dos años después de su presentación, al ser incorporado a través de Industrias Kaiser Argentina (IKA), licenciataria del Rombo por aquellos tiempos. El 2 de noviembre de 1971 se comenzó a fabricar en la planta de Santa Isabel, en Córdoba, y se presentó como el auto popular que supo trasladar durante décadas a las familias argentinas.
Las ventas de este modelo se promocionaban como el auto confiable, espacioso y con un diseño que marcó una ruptura para la época, al inaugurar una línea novedosa que distaba del diseño de otros modelos comercializados por la marca, como el Renault 6. De hecho, fue el primer tricuerpo de IKA-Renault.
Se lo conocía como el vehículo con diseño de “flecha“, un estilo aerodinámico para lograr menor resistencia al avance y mejorar la autonomía y la estabilidad, que se caracterizaba por una marcada inclinación del capó, un techo que se iba elevando hacia las plazas traseras y una caída acentuada de la tapa de baúl.
Los detalles del Renault 12
El Renault 12 se caracterizaba por sus generosas dimensiones, especialmente al compararlo con dos rivales que fueron presentados ese mismo año: el Fiat 128 y el Dodge 1500. Desde siempre, el confort y espacio interior fueron sus armas de seducción. El motor era de cuatro cilindros 1.3 con 60cv y caja manual de cuatro marchas.
Los primeros cambios los implementaron en 1973, aumentando la potencia a 82cv y también en estética: el R12 creció 6 centímetros de largo, sumó llantas deportivas, luces de marcha atrás, y un pequeño portaequipajes en el techo que podía soportar hasta 30 kilos de carga.
La novedad más importante, sin embargo, fue la introducción de la versión rural “Break”, que aumentaba aún más el espacio y contaba con las mismas características mecánicas que el sedán.
El segundo rediseño fue en 1976, y con él apareció la variante TS, sumándose a la TL (base). Esta nueva versión se diferenció por incorporar un motor 1.4 litros de 90cv y aire acondicionado como equipamiento opcional. Por fuera cambió de aspecto gracias a una nueva parrilla con faros incorporados, nuevos paragolpes y ópticas traseras de mayores dimensiones. Además, se eliminó el ventilete en las ventanillas delanteras, entre otros detalles. Por otra parte, el interior fue completamente renovado. Cambiaron el panel de instrumentos, el tablero, el volante, los asientos y los tapizados.
En 1984 se lanzó la versión GTS, que además de ciertos retoques estéticos, fue la que introdujo faros duales redondos y caja manual de cinco velocidades.
La versión económica apareció en 1987, tras un decreto del gobierno nacional presidido por Raúl Alfonsín que exigía que cada automotriz tuviera una versión de bajo costo.
En 1989, en plena hiperinflación, fue presentado el R-12 con GNC. Esta variante no salía de fábrica con el equipo gas, sino que podía ser instalado a pedido en los concesionarios oficiales, manteniendo así la garantía original.
Para intentar no perder vigencia, a pesar de sus casi 20 años en el mercado, el Renault 12 volvió a renovarse en 1990. En ese momento, las versiones TL pasaron a llamarse GTL, e incorporaban paragolpes envolventes, alerón traseros, nuevos asientos y tapizados. En 1992 esta variante modificó su mecánica, incorporando el motor 1.6 litros.
Renault 12 y su secreto más insólito
En los años 70, el Renault 12 era el modelo francés más internacional, producido en Australia, Sudáfrica, Chile, Uruguay, Canadá, Colombia, Venezuela, México, Iran, Costa de Marfil, España, Irlanda, Madagascar, Marruecos y Portugal. La expansión fue tal que, tras el cese de producción en Europa, continuó fabricándose bajo licencia en algunos países de economías emergentes.
Pero antes que eso suceda, el Renault 12 tuvo una versión eléctrica, cuando fue transformado en los años 70 por encargo del Gobierno de Estados Unidos. Fue la NASA quien probó dos unidades del Renault 12 de serie para transformarlos en eléctricos, en la década de los 1970, durante la crisis del petróleo. La guerra del Yom Kipur, en 1973, que enfrentó a Israel con Egipto y Siria, desató una de las primeras crisis económicas en el mundo occidental.
Los países exportadores de petróleo decidieron no vender más crudo a Estados Unidos y a sus aliados de Europa occidental por su apoyo al país hebreo. La consecuencia fue que se disparó el precio de la nafta. Fue entonces cuando algunos países, con Estados Unidos a la cabeza, comenzaron a buscar alternativas al petróleo.
La electrificación de los automóviles, una idea que se había abandonado antes de la Segunda Guerra Mundial por inviable, volvió al primer plano. En EE.UU., el Departamento de Energía puso en marcha diversos programas para estimular su desarrollo y se creó la Electric Vehicle Associates (EVA) para transformar vehículos de nafteros en eléctricos. Entre los modelos elegidos, había de Ford, marca con origen en ese país, y varios Renault 12 de 4 puertas y 5 plazas que pasaron por ese proceso.
Fueron bautizados como EVA Metro, funcionaba gracias a 19 baterías de plomo-ácido de 6 voltios ubicadas en el baúl y también bajo el capó, donde originalmente iba el motor a combustión. La NASA adquirió dos vehículos de la marca francesa, uno de color marrón, del que no se conoce su paradero, y otro de color blanco, que estampó contra un muro en una prueba de choque.
Las baterías del Metro tenían una vida útil en torno a los 45.000 kilómetros y tardaban seis horas en cargarse en una toma doméstica de 110 V. El motor generaba una potencia de 10 kW, equivalente a 12cv, muy poca energía para desplazar un peso de más de 1.400 kilos sin contar a los ocupantes. Aun así, el Metro causaba sensación como lo demuestra el hecho de que fue uno de los coches que participó en el desfile presidencial de Jimmy Carter cuando tomó posesión del cargo en 1977.
Ahora, más de 40 años después, de esa remesa de vehículos de la marca del rombo se sabe que sobreviven al menos dos. Uno, el que desde principios de año está en manos de Eddie está siendo sometido a un proceso de renovación. “Mi objetivo es desplazarme con él. En cuanto esté listo será el momento de pintarlo de nuevo porque la pintura original se ha desvanecido en muchas partes del automóvil”, explicó su propietario.
Sus últimos días
El Renault 12 tuvo así una larga y llamativa existencia, con algunos secretos, como su presencia en decenas de países y su uso para probar la electrificación como parte de su historia.
Se discontinuó primero en Europa, donde ya venían otras marcas y modelos sembrando el éxito, y permaneció un tiempo más en los países emergentes, donde se mantenía como el auto de la clase media.
A nivel local, fue líder durante nueve años, cinco de manera consecutiva.
La producción finalizó el 2 de noviembre de 1994, en la planta de la localidad cordobesa de Santa Isabel.En total se fabricaron 444.045 unidades que lo convirtieron en el tercer modelo más fabricado de la Argentina en el siglo XX, detrás del Peugeot 504 (496.693) y el Ford Falcon (494.209).