En Liniers, la suba del precio de la hacienda continúa y expertos advierten que es inevitable que en pocos días se traslade a carnicerías y supermercados
A este ritmo, el asado del domingo está pasando a ser un verdadero lujo en la Argentina. Sucede que en el Mercado de Liniers, la suba del precio de la hacienda resulta imparable por la falta de animales y la fuerte demanda de la plaza cárnica. Especialistas descuentan que el incremento de un 10% que presentaron los novillos y vaquillonas indefectiblemente se trasladará en breve a las carnicerías y góndolas de todo el país, ya que el comercio minorista no podrá absorber el alza en las facturas que le llegará desde los frigoríficos y abastecedores de carne vacuna.
Con un precio de hasta $305 pagado en los corrales ubicados aún en el barrio porteño de Mataderos por el kilo vivo de novillo con un peso promedio de 360 kilos. En el mercado cárnico descuentan ya que la falta de animales necesarios a ser provistos por los feedlot, sumado a otras cuestiones de mercado y clima, presionan más que nunca sobre los precios y esto en días obligará a trasladar el encarecimiento de la carne al segmento minorista.
Solo en los primeros quince días de febrero la suba en el valor de los novillos fue de hasta un 12%, tras registrar valores mínimos de $220 a $280, cifra que dista de los actuales $244 y $305 en ambas puntas registradas en las pizarras de Liniers.
La diferencia en el porcentaje de incremento es notablemente mayor al cotejar los precios que exhibieron las operaciones de compra y venta de hacienda realizadas en el comienzo de enero pasado. El pasado 4 de enero, tras las fiestas, el valor de los novillos tocaban los $180 de mínima para el kilo vivo en esta categoría y un máximo de $265: así la suba en los últimos 45 días ronda un 25%.
Dicha presión, tal como lo admitieron fuentes de mercado cárnico vinculado a la comercialización mayorista de carne vacuna los frigoríficos ya trasladaron en sus facturas el incremento a los abastecedores, hecho que en breve le llegará a las carnicerías y supermercados, quienes no podrían asumir dicho incremento de costos producto de la contracción que muestra el consumo de carne desde hace meses, hecho que deja sin margen de ganancia a los carniceros.
Cuestión de días para que suba el precio de la carne
Tanto consultores ganaderos y abastecedores de carne vacuna en la Ciudad de Buenos Aires y también el Gran Buenos Aires admiten que es cuestión de días que el precio de la carne en las carnicerías y góndolas sufran un incremento de entre un 10 y 15% para atender el incremento en los precios facturados por los frigoríficos. Es de estimar que el mayor impacto se percibirá en el caso de los cortes más demandados como milanesas, o bien el vacío o asado.
En el mercado descuentan que la presión sobre los valores de la hacienda continuará hasta al menos abril próximo por la falta de animales necesarios para atender una firme demanda de las plantas frigoríficas y el comercio minorista en general.
Por ello la tónica alcista en la carne en el comercio, ya parece un hecho. Dan muestra de esto los nuevos precios que presentan las carnicerías en el interior del país. Por ejemplo, en el caso de Mendoza, donde desde el martes se aplicó un incremento del 4% para la carne vacuna y hasta un 8% para el pollo. Donde el kilo de carne se pagaba a $1.039, las costeletas vacunas a $885 y la carne picada común a $605. Mientras que el pollo, recibía un precio de $565 para el kilo de suprema.
La continuidad de la crisis económica le pega de lleno al bolsillo del consumidor, aunque no en todos los casos, debido a que se descuenta que existe mercado para colocar carne con un precio con incremento.
Otros quieren ver cómo asume el ajuste el consumidor local, que por esta época del año destina buena parte de sus ingresos a la compra de milanesas y cortes como asado y vacío. Aún resta para el invierno, cuando la opción serán los cortes más baratos que tienen por destino el puchero o bien los guisos. También están los que quieren ir más allá y ver que sucede con el consumo con nuevos ajustes.
Según la Cámara de la Industria del Comercio de Carnes y Derivados (CICCRA), que preside Miguel Schiariti, en enero pasado el consumo de carne por habitante en la Argentina cayó a 40,8 kilos per cápita, cifra que dista de los casi 44 kilos que se computaba hace un año en el primer mes del 2021. Muchos creen que con nuevos ajustes, la opción será nuevamente un paso a carnes alternativas como pollo y cerdo, que no paran de crecer a instancias de contar con valores más baratos que la que ofrece la carne vacuna.
El consumidor argentino sabe que lo carne roja de vaca es más cara y que solo en el 2021 su precio aumentó casi un 55% interanual en las góndolas y carnicerías del Área Metropolitana de Buenos Aires: allí su valor promedio fue de $871,74 por kilo pagados en diciembre de 2021. Tal como indicó CICCRA, solo en las últimas fiestas de fin de año la carne bovina aumentó un 21% en el último bimestre de 2021.
Al mismo tiempo, el precio del pollo solo aumentó un 38,2% interanual en el 2021: con un valor de $226 por kilo en diciembre del año pasado. De igual modo, el precio de un corte como el pechito de cerdo aumentó en el último año un 48%, con un valor de $611 por kilo comprado en las fiestas de finales del 2021.
Según el IPCVA, los cortes que más aumentaron en el primer mes del 2022 fueron la carne picada común, con subas de un 18% y pasando de $457,62 a $540,09 el kilo en promedio. Luego se ubicaron la falda, que aumentó un 8,5%; la carnaza común, un 5,6%; la picada especial, un 3,9%, y el roast beef, un 3,3%. Además, los únicos cortes que mostraron bajas fueron las hamburguesas caseras, con un descenso del 2,8%, seguido por las hamburguesas congeladas por cuatro unidades con 1,8% y el matambre con el 0,7%.
Los factores detrás del aumento de precios
Fernando Gil, productor ganadero y consultor de Agroideas, aseguró a iProfesional que “hoy la plaza ganadera está muy firme por falta de oferta, algo que veíamos ya desde diciembre. La baja oferta vacuna es un tema estructural. No hay stock suficiente para abastecer a todos: el faltante de hacienda gorda ocurre por una menor cantidad de hacienda, y este año se acrecienta por los malos números que reporta el feedlot”.
“La suba de un 10% que registró Liniers, se va a quedar, y fija el valor de la hacienda liviana en $300. El alza brusca se dio en pocos días. Estas subas se termina trasladando a las carnicerías, no será todo de golpe, ya que cuando en el Mercado de Liniers, en tres días sube un 10%, en las carnicerías se ajusta en dos o tres etapas, algo que sucederá en la próxima semana”, dijo Gil.
También Fernando Canosa, experimentado consultor ganadero, consignó a este medio que “con el precio de la hacienda para arriba, se constata el faltante de los llamados gordos (calificación que reciben los novillitos o vaquillonas de hasta 350 kilos, vacas buenas y/o novillitos de hasta 450 kilos de peso): la suba en la hacienda estaba ya prevista desde hace tiempo y se ve agravada (la tónica alcista) por lo que ocurre todos los años” por esta época, cuando se demanda hacienda liviana para la invernada.
Pese a que existe el convencimiento que la tónica alcista se trasladará a las carnicerías y también en menor medida a las góndolas de los supermercados, ya que se considera que las grandes cadenas comerciales cuentan con mayores armas para sostener los precios, más aún luego de los acuerdos de precios alcanzados con la Secretaría de Comercio Interior a cargo de Roberto Feletti, quien desde hace semanas tiene ya programadas una serie de reuniones con supermercados y frigoríficos para atender la espera suba en la carne.
Fuente: Iprofesional