Podría ser la solución ante la gran desventaja en este tipo de vehículos.
Como parte de la revolución que está viendo la industria del automóvil, no solo están surgiendo más modelos eléctricos y marcas, sino también están incursionando nuevos proveedores para los vehículos con cero emisiones. Donde está más cerrada la contienda es en la proveeduría de baterías, ya que los mismos fabricantes de vehículos, así como las empresas de tecnología y startups están trabajando a marchas forzadas para desarrollar y fabricar el paquete de baterías que registre el menor peso y volumen, pero con la mayor autonomía.
Una empresa que está logrando crear la batería para vehículo eléctrico con la mayor autonomía es Our Next Energy (ONE), con sede en Michigan, Estados Unidos. A dos años de su creación, esta startup ha creado un prototipo de batería -Gemini- con una autonomía superior a 1.000 kilómetros, lo que indica un cambio de paradigma de que un vehículo eléctrico ahora puede almacenar suficiente energía para satisfacer las necesidades de autonomía de todos los consumidores.
En las pruebas realizadas con la batería de 203.7 KWh y una densidad de energía de 416 Wh/L impuesta en un Tesla Model S, ONE registró un rango de 1.210 kilómetros a una velocidad promedio de 90 km/h.
Para corroborar esta autonomía, el vehículo fue llevado a un dinamómetro, donde alcanzó 1.420 kilómetros a 90 km/h. La diferencia, claro está, es que en el dinamómetro el vehículo no tiene resistencia del viento, una de las grandes contras cuando se transita a velocidad. Con esta cantidad de kilómetros, ONE hará que los vehículos eléctricos tengan mayor llegada a los consumidores. Y es que los vehículos eléctricos de mayor autonomía que se venden hoy en día carecen del excedente de energía necesaria para superar factores como la conducción a alta velocidad, el clima extremo, el terreno montañoso o el remolque.
Hasta ahora, el enfoque de la industria para resolver el problema de autonomía es agregar más estaciones de carga, sin embargo, depender de estaciones de carga rápida presenta otros obstáculos, como esperar en largas filas, no recargar tan rápido como se anuncia y estar limitado a una carga parcial, lo que resulta en la necesidad de detenerse cada 200 kilómetros.
Fuente: Auto cosmos