Un tribunal de Sudáfrica prohibió este martes a la petrolera anglo-neerdanlesa Shell seguir realizando exploraciones sísmicas en la Costa Salvaje (este) del país austral. Los habitantes de la zona luchan hace tiempo contra los daños al medioambiente que producen las exploraciones sísmicas, solicitaron la detención de las prospecciones de Shell y denunciaron que nunca habían sido informadas de los planes de la compañía.
El juez Gerald Bloem, del Tribunal Superior de Makhanda (sur), dictaminó que Shell debe detener sus actividades, de momento, en el caso de una demanda interpuesta por cuatro ONG.
En su sentencia, Bloem declaró que, “a pesar del enorme conjunto de pruebas periciales sobre la amenaza de daño a la vida marina”, Shell no aportó ninguna evidencia para neutralizar las declaraciones hechas por los demandantes.
El juez indicó que las pruebas presentadas establecen que “existe una amenaza real de que la vida marina resulte dañada irreparablemente por el estudio sísmico”.
Bloem también consideró que los intentos de Shell de notificar a las comunidades locales sobre su exploración fueron “inadecuados” y que su proceso de consulta con ellas fue “sustancialmente defectuoso”.
“En todas las circunstancias, me parece que el derecho de exploración, que fue otorgado sobre la base de un proceso de consulta sustancialmente defectuoso, es por lo tanto ilegal e inválido”, concluyó.
El fallo contrasta con el dictamen que otro juez del mismo tribunal dio a conocer el pasado día 3, que permitía a la empresa seguir realizando exploraciones sísmicas.
A finales del pasado noviembre, cuatro ONG -Greenpeace Africa, Natural Justice, Border Deep Sea Angling Association y Kei Mouth Ski Boat Club- solicitaron la detención de las prospecciones de Shell hasta que efectúe un nuevo estudio independiente de sus efectos.
Los demandantes, además de mencionar los daños al medioambiente que pueden producir las exploraciones sísmicas, alegaron que no todas las personas que viven en la región afectada fueron informadas de los planes de la compañía petrolera, acusación que Shell rechazó.
Estas exploraciones sísmicas afectaban a una zona entre las localidades de Morgan Bay y Port St Johns (sureste) con el objetivo de encontrar nuevos depósitos de petróleo y gas.
En las aguas de esta área habitan ballenas, delfines, focas, pingüinos y tiburones, entre otros animales, varios de ellos amenazados y protegidos internacionalmente.
Las comunidades de pescadores de la región también demandaron a comienzos de mes a Shell para parar sus prospecciones, con el argumento de que no tuvieron constancia de los programas de la compañía hasta que las peticiones de las ONG empezaron a circular en las redes sociales.
Fuente: La izquierda diario