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En Argentina, el cultivo del maíz se posiciona como una de las más importantes actividades agrícolas. Su crecimiento a partir de la década del noventa se dio gracias a la disponibilidad de superficies de cultivo así como también a la creación de insumos que permitieron potenciar su rendimiento.

Sin embargo, a pesar de estos avances, existen diversos factores que pueden afectar el cultivo del maíz. Entre los más habituales, se encuentran las enfermedades, plagas y malezas difíciles de controlar.

Por ello, para poder optimizar el rendimiento de este cultivo, es necesario conocer y erradicar las posibles amenazas que lo afectan. En esta nota, repasamos algunas claves indispensables a tener en cuenta.

Insectos que atacan el maíz

Una de las principales amenazas para el rendimiento del cultivo del maíz son los insectos. Estas plagas dañan tanto la mazorca como sus hojas, generando pérdidas en la cantidad y calidad de la producción.

Una amenaza habitual son los conocidos como gusanos cogolleros de maíz. Estos insectos son larvas de una polilla, que utilizan las hojas de las plantas para poner sus huevos. Cuando nacen, estos gusanos dañan las puntas de las mazorcas y se alimentan de los granos.

Para evitarlos, es fundamental aplicar insecticida para plantas en el momento que observemos las polillas y así prevenir el daño que puedan realizar los gusanos.

Enfermedades fúngicas

Otra de las amenazas que comprometen el desarrollo y la calidad de los cultivos de maíz son las enfermedades fúngicas. Entre las más conocidas, se destacan la pudrición de raíz y el damping-off.

En el primer caso, como su nombre lo indica, los hongos afectan las raíces de las plantas, atacando su desarrollo. Por otro lado, el damping-off o ahogamiento es causado por hongos del suelo que descomponen los tejidos del tallo y raíz debajo de la superficie de la tierra.

Para controlar estas enfermedades, será necesario desinfectar el suelo así como también garantizar buenos sistemas de drenaje, que eviten la humedad excesiva.

Malezas 

Las malezas son plantas invasivas, que interfieren en el crecimiento del cultivo principal. En el caso del maíz, que se caracteriza por tener un crecimiento inicial muy lento, esta clase de plantas tienen una fuerte incidencia en el rendimiento del cultivo.

Las clases de malezas son diversas y dependen de la región en que se encuentren las plantaciones. En Argentina, por ejemplo, las más habituales del maíz son el pasto cuaresma, el bandera o el pata de ganso.

Para evitar la proliferación de estas gramíneas, resulta fundamental un control temprano de las malezas, para minimizar las pérdidas.

Tratamiento para las semillas

Además de las claves que repasamos anteriormente, también es recomendable actuar también sobre las semillas de maíz. El tratamiento en este punto se trata de la aplicación tanto de organismos biológicos como de ingredientes químicos en la semilla.

Esto sirve para controlar, repeler o eliminar patógenos, insectos y otras plagas que afectan las plántulas y semillas. Para ello, se tratan con  inoculantes, herbicidas, micronutrientes y reguladores de crecimiento, entre otros.

Es importante aclarar que este tratamiento se aplica solo para semillas que se sembrarán, nunca para consumo humano o animal.

 

 

Fuente: Economista