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Se trata de la liquidación de la cosecha fina. Ya no es sólo el problema de la demanda de dólares financieros. Hay pocos billetes para importar insumos.

El ministro de Economía, Martín Guzmán, y el Gobierno en pleno aguardan que fluya una última corriente de dólares hacia la Argentina que permita morigerar los efectos de las últimas presiones electorales sobre el tipo de cambio. Se supone que en los próximos días los exportadores deberían empezar a liquidar la cosecha fina, que tendría que aportar por lo menos unos u$s4.000 millones, los cuales vendrían más que bien en el actual contexto.

Mientras esperan esos fondos, las autoridades económicas se disponen a enfrentar una pulseada contra las expectativas devaluatorias del mercado. En la semana pasada el denominado blue pasó los $195, pero el Contado con Liquidación considerado libre (Senebi) se pacta desde hace un par de semanas en el orden de los $200. De lo que se desprende que los operadores seguirán buscando lo que se denomina “cobertura”.

Según señala la consultora Adcap, el tipo de cambio oficial y el CCL se devaluaron 0,22% y 3,29% a $ 99,40 y $ 200 por dólar, respectivamente, ampliándose la brecha a 100%. “La devaluación implícita en las tasas de futuros de Rofex hace un pico en los 4 meses en casi 6%, para luego descender al 3% para los próximos 11 meses. Los mismos datos estaban en 3,5% y 2,6% a principios de agosto, respectivamente”, advierte la entidad. El informe señala que “las expectativas de devaluación continúan alimentando el apetito por los inversores por activos de cobertura”.

Controles

En ese marco, se prevé que el Banco Central siga manteniendo todos los controles posibles pero el problema ya no está tan enfocado en la demanda de dólares financieros, sino en aquellos que se emplean en la operatoria habitual del comercio exterior. Miguel Pesce le comentó a los empresarios de la Unión Industrial Argentina (UIA) la semana pasada que no van a tener problemas para comprar divisas para importar los insumos habituales para mantener sus procesos productivos, pero les advirtió que van a seguir las restricciones en el caso de que quieran anticipar adquisiciones para cubrirse de una potencial devaluación futura.

El presidente del Banco Central se mostró dispuesto a morigerar el cepo en caso de que las empresas exporten más. Pero es como el dilema del huevo o la gallina. Si las empresas no pueden producir más no pueden exportar y para ello necesitan importar insumos. Al respecto, la Cámara de Importadores de la República Argentina (CIRA) salió a exponer en un informe los límites que tiene la propuesta de Pesce a la UIA. “Las importaciones de bienes de capital han llegado a u$s6.209 millones en ocho meses de 2021, lo que supone un nivel bastante mayor al de 2020 (u$s4.347 millones), y algo mayor a 2019 (u$s5.826 millones) pero que es inferior al de todos los años anteriores en la década”, advirtió la entidad. En 2018 fueron por u$s9.060 millones; en 2017, por u$s9.573 millones y en 2016, por u$s7.546 millones. También es menor a las de 2014 cuando hubo compras por u$s8.197 millones de dólares y más bajo a la vez que el nivel de 2013, con u$s7.697 millones. El informe indica que similar comportamiento se ve en piezas, partes y accesorios de bienes de capital. Según la CIRA, crecen las compras de bienes intermedios, que son los que se aplican al proceso productivo. Eso indica, según el informe, que “la Argentina está haciendo rebotar coyunturalmente la producción con la capacidad instalada actual”. “Fueron de u$s16.402 millones en ocho meses de 2021, lo que supone un nivel mayor que en el pandémico 2020 cuando alcanzaron u$s10.530 millones; y también mayores que en el mismo período de 2019 (u$s11.995 millones) y mayores que en todos los años anterior de la década”, dice la entidad. Con ello, los empresarios importadores salieron a reclamar al Banco Central que no profundice los controles sobre los dólares, por el riesgo de afectar la recuperación económica prevista para 2022.

Por otro lado, los operadores de mercado tienen la certeza de que la modificación del régimen cambiario es inevitable. El problema que tienen es que no saben si va a ser una corrección de entre 20% y 30% en un solo momento. Y a partir de ello, se determinan inversiones de corto plazo. El analista financiero Christian Buteler sostuvo que “el Banco Central podrá controlar el dólar oficial mediante el cepo y distintas regulaciones pero eso es controlar la cantidad, no el precio”. Buteler consideró que “a mayor cepo y regulaciones más amplia será la brecha entre el dólar oficial y el libre, si a eso le sumamos el exceso de emisión nos da como resultado brechas que rondan el 100%”.

 

Fuente: Ambito