La falta de dólares profundizó las restricciones para el ingreso de vehículos. En las automotrices temen que esta situación se acentúe durante septiembre por necesidades electorales.
Después de un crecimiento entre enero y marzo, la tendencia se frenó hasta llegar al número más bajo, el mes pasado.
El motivo de este endurecimiento del “cepo” tiene que ver con escasez de divisas que tiene el país. El Gobierno y las empresas del sector habían acordado, a comienzos de año, un cupo de dólares para cada marca. En el caso de las terminales radicadas en el país, que son las principales importadoras de vehículos, ese dinero debía ser utilizado tanto para 0 km como para autopartes.
Por otro lado, están los representantes de marcas extranjeras, a las que también se les asignó un cupo de dólares, obviamente, mucho menor ya que representan un 3% del mercado.
De todas maneras, tanto a unos como a otros, se les otorgó una cantidad de divisas similar o menor a la del año pasado, pero para abastecer un mercado en crecimiento por la brecha cambiaria. Es por eso que los dólares que reciben no alcanzan para cubrir la demanda.
El problema es que, con el correr de los meses, la liberación de dólares se fue recortando, hasta el piso de agosto.
En las terminales, hay preocupación por temor a que ese ajuste se profundice en septiembre. Hasta ayer, según pudo saber Ámbito, no se habían producido muy pocas aprobaciones de SIMIs y en las oficinas de los directivos de las compañías se vivía con ansiedad la demora oficial.
Desde una automotriz, señalaron que el Gobierno había dado a entender que, entre esta semana y la próxima, habría novedades.
En el medio, se encuentra el factor político y el impacto que puede tener el resultado de las elecciones y el comportamiento del mercado cambiario.
La necesidad de llegar con calma a las elecciones de noviembre puede obligar a cuidar más las divisas por parte de las autoridades del Banco Central.
La situación de no saber ni cuándo ni cuantas unidades podrán importar genera una gran incertidumbre e imprevisibilidad en el sector.
Por otro lado, está la red de concesionarias que, en algunos casos, como el de marcas no radicadas, no tienen unidades para vender y, por lo tanto, no tienen ingresos, al tiempo que tienen que afrontar los costos fijos.
Fuente: Ambito