El precio para fabricar y las grietas cuando se expanden y contraen durante el uso son algunos de los objetivos para producir baterías de estado sólido en masa.
“Luego, para el vehículo, nuestro objetivo es mejorar el consumo de energía, que es un indicador de la cantidad de electricidad utilizada por kilómetro, en un 30%, comenzando con el Toyota bZ4X”, dijo en una sesión informativa el director de tecnología Masahiko Maeda, refiriéndose a un próximo modelo de SUV compacto.
La compañía también es pionera en la producción masiva de baterías de estado sólido, una potencial revolución para los fabricantes de automóviles porque son más densas en energía, se cargan más rápido y son menos propensas a incendiarse. En caso de desarrollarse con éxito, podrían reemplazar las baterías de iones de litio líquidas.
Si bien todavía estaba luchando con la corta vida útil de estas celdas, Maeda dijo que no hubo cambios en el objetivo de Toyota de comenzar a fabricar baterías de estado sólido a mediados de la década de 2020. “Todavía estamos buscando los mejores materiales”, dijo.
En tanto también se planea usar baterías de estado sólido en vehículos eléctricos híbridos como el Prius, agregó.
Por otra parte, Volkswagen, el segundo fabricante de automóviles más grande del mundo, dijo el martes que podría tener que gastar más para lograr su transformación planificada hacia la conducción autónoma y los vehículos eléctricos.
La firma alemana, que planea invertir 150.000 millones de euros (u$s178.000 millones) en su negocio al 2025, dijo repetidamente que podría financiar esta transición en función de los flujos de caja actuales.