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En la primera mitad del año la firmapuso en producción 55 nuevas perforaciones en la formación shale. Es el nivel más alto desde el inicio de las ramas laterales, en 2015.La firma presentó un balance positivo del segundo trimestre.

Una serie de factores que mucho tienen que ver con las páginas más negras que dejó la pandemia, se conjugaron en el arranque de este año y permitieron a la petrolera de bandera nacional YPF dar una vuelta de página más que importante y no solo recuperar muchos indicadores de la era prepandémica sino incluso mejorarlos, de la mano de lo que hoy es indiscutiblemente la gran palanca de YPF: Vaca Muerta.

Durante la primera mitad de este año la petrolera conectó un total de 55 nuevos pozos con destino a la formación no convencional, marcando así todo un récord ya que desde el inicio de la era de los pozos horizontales en Vaca Muerta, la firma no había logrado sumar tantos pozos en un solo semestre.

El hecho fue destacado esta semana por el director financiero (CFO) de YPF, Alejandro Lew, quien en la clásica conversación con inversores internacionales por la presentación del balance del trimestre explicó que “durante la primera mitad del año hemos completado un total de 55 nuevos pozos, la marca más alta para la compañía desde la introducción de las perforaciones horizontales en 2015”.

Lew explicó que de esos 55 nuevos pozos conectados, 17 corresponden al segmento del gas en donde el gran impulso lo dieron los compromisos asumidos dentro del Plan Gas Ar, el programa de subsidios a la producción que se basa en contratos en firme de aprovisionamiento.

Pero sin lugar a dudas, el gran salto y el eje del futuro crecimiento de la producción está en el segmento del petróleo que concentró casi el 70% de estas nuevas perforaciones, con la conexión de 38 pozos productores.

El CEO de YPF, Sergio Affronti, también destacó este nivel de actividad, ya que advirtió que “en el segundo trimestre del año tuvimos el número más alto de equipos de perforación en actividad desde el inicio de la pandemia, lo que nos permitió conectar 41 nuevos pozos, de los cuales 21 son en el segmento no convencional”.

Esta gran incorporación de nuevos pozos es la que permitió a la operadora mostrar un salto en sus niveles de producción, tanto de gas como de petróleo, los cuales en un contexto de mejores precios, permitieron a la firma cerrar un balance trimestral más que optimista que -si bien tuvo un impacto fuerte por la carga del impuesto a las ganancias- derivó en un aumento en la cotización de las acciones de la operadora.

La conexión de estos 55 pozos sobre Vaca Muerta no es el récord absoluto de YPF en la formación shale, ya que en los primeros años de actividad hubo una gigantesca campaña en la que se realizaron cerca de 700 pozos con la característica de ser verticales.

En números

69%
de los nuevos pozos conectados corresponden al segmento de la producción de petróleo.

Esas perforaciones, que se dieron entre 2013 y 2015, guardan poca relación con los pozos que hoy está conectando tanto YPF como las demás operadoras que trabajan sobre Vaca Muerta, partiendo del punto de que en la mayoría de los casos arrojaron bajos niveles de producción.

Es por esto que este nuevo récord fue destacado por las autoridades de la petrolera, ya que marca no solo una vuelta de página a la crisis pandémica, sino en especial un trabajo más que aceitado entre numerosos sectores y factores.

En detalle, estos 55 nuevos pozos marcan que tan solo en este primer semestre ya se superó la totalidad de los pozos que se conectaron el año pasado, el año de la pandemia, cuando YPF incorporó solo 34 perforaciones en Vaca Muerta.

Pero también es un 52% superior a los 36 pozos que se conectaron en el mismo período del 2019, y 41% más incluso que el nivel de ejecución del 2018.

Lew consideró que “este récord no solo es resultado de la mayor cantidad de perforadores activos y de un salto en la cantidad de etapas de fractura desde el año pasado, sino aún más importante, se debe a las mejoras continuas en las métricas de operación ganadas a partir de un trabajo en conjunto entre nuestra gente, los contratistas y el gremio”.

El director financiero de YPF remarcó el salto que hubo en la cantidad de etapas de fracturas logradas por cada set, y detalló que “hemos logrado mejorar a un promedio de 148 etapas por equipo por mes en el segundo trimestre, lo que representa una mejora del 42% con respecto al promedio de 2019, aún a pesar del bloqueo durante el mes de abril, que afectó nuestras operaciones”.

Y agregó que “en la misma línea, en la velocidad de perforación de nuestros pozos los metros promedio perforados por día tuvieron una mejora del 13% en comparación con el promedio de 2019. Y además, a fines de julio, establecimos el nuevo récord cuando terminamos de perforar un nuevo pozo en Bandurria Sur en menos de 20 días, con una profundidad de más de 3.000 metros y unos 2.500 metros de longitud lateral”.

La mayor velocidad de perforación y fractura fue clave.

Pero antes de esas mejoras en la “receta” de Vaca Muerta, hubo otros factores que fueron hallando el camino, varios de los cuales tienen mucho que ver con la pandemia.

En primer término, fue clave para YPF la cantidad de pozos perforados pero no conectados que tenía, los denominados pozos DUCs, que permitieron a la firma no solo ganar el tiempo que había tomado hacer las perforaciones en sí, sino en especial poder conectar un pozo nuevo con un costo mucho menor.

El segundo factor determinante fueron precisamente los precios. La mejora en los pagos del gas generada por el Plan Gas Ar, y el mejor precio para el crudo producto de la actualización que hubo hasta mayo en el precio de los combustibles impulsaron la conexión de nuevos pozos.

El dato

2700
millones de dólares es el plan de inversión de este año que YPF acaba de ratificar.

En tanto que no es menor que esos pozos pudieron ser puestos en producción rápidamente gracias a la existencia de capacidad de tratamiento en las plantas, tanto de gas como de petróleo, muchas de las cuales fueron ampliadas y reacondicionadas el año pasado, durante la pandemia.

La hoja de ruta de la petrolera para lo que resta de este año marca por un lado que la firma espera incrementar su nivel de actividad e inversiones, centrándose especialmente en aumentar aún más la producción de petróleo.

Durante el trimestre pasado la compañía aumentó un 6% sus niveles de producción generales gracias al gran salto de Vaca Muerta, en donde la producción de shale gas trepó un 35% en comparación con el primer trimestre, y la de shale oil un 7%, haciendo que en el caso del petróleo, un poco más de uno de cada cuatro barriles de YPF provengan ya de Vaca Muerta (26%).

Lew fue un poco más allá en el tiempo y consideró que “esperamos un crecimiento continuo en la producción de petróleo y gas el próximo año, particularmente en petróleo y no tanto en gas porque la demanda de gas durante todo el año está bastante satisfecha y las demandas estacionales máximas durante los meses de invierno se basan en las realidades actuales de la infraestructura y la economía”.

En tanto que Affronti remarcó que “si bien hoy somos un comprador neto de crudo para nuestras refinerías, esperamos convertirnos en un exportador neto de petróleo en unos pocos años, a medida que continuemos desarrollando todo nuestro potencial”.

 

 

Fuente: Rio negro