Así es que las ventas por parte de los productores tendrán mucho que ver respecto a cómo sigue el ingreso de divisas del campo, pero también con los precios. Respecto al primer punto, durante la primera semana de julio los agricultores locales vendieron alrededor de 830.000 toneladas, que en la práctica representa un buen volumen para esta época del año.
Al mismo tiempo, según las estadísticas oficiales, hasta la fecha se han registrado ventas de maíz, del ciclo 2020/21, por un total de 32,7 millones de toneladas, cerca de 2,3 millones de toneladas más que los registrados a la misma fecha en la campaña previa.
En cuanto a los incentivos que deberían tener los productores para vender su campaña, además de buenos precios internacionales, están relacionadas estrictamente con lo económico. Despejar fantasmas de una posible devaluación poselecciones y controlar la brecha entre el tipo de cambio oficial y los paralelos, serán algunos de los desafíos que tendrá por delante el Gobierno.
Por otra parte, las miradas también están concentradas en lo que sucede en el mercado internacional. Algunos analistas proyectan el inicio de un ciclo bajista para las cotizaciones internacionales, lo que podría acelerar en este tramo del año algunas decisiones de venta de los productores agrícolas, pero por el momento todo está por verse.
Por lo pronto, ayer en el mercado de Chicago la soja terminó con una leve suba para concluir la jornada en u$s519,83 para la posición agosto. De esta manera la oleaginosa continua cotizando a valores 40% superiores que un año atrás.
Fuentes: Ámbito