El gobierno neuquino puso en marcha una campaña de monitoreo de efluentes. Las empresas solo pueden inyectar el agua previamente tratada y que cumpla con 34 requisitos.
Hay un elemento que siempre está presente en la actividad petrolera, ya sea convencional o no convencional y es el agua. Pero una vez que el agua cumplió con su función en un yacimiento se convierte en un efluente que es remitido a disposición final y es allí en donde el monitoreo y control de esos vertidos es fundamental para preservar el medio ambiente.
En la provincia de Neuquén ese control está a cargo de la subsecretaría de Recursos Hídricos, desde donde la directora provincial de Fiscalización Hídrica, Betina Laurenzano, explicó cómo es el proceso, los controles y los requisitos que deben cumplir las empresas.
Ya sea el agua de fractura, de lavado o de producción, todos los efluentes que se destinen a disposición final hidráulicamente aislada, deben ser previamente tratados y cumplir con la condición de no superar el 10% del contenido iónico del agua de la formación en la que se encuentra el pozo sumidero que es donde son destinados finalmente.
“Hay un criterio que es homogéneo que es que no pueden superar el 10% del contenido iónico del agua de la formación, tiene que tener condiciones de densidad de contenido de sólidos y físico químicas específicas y eso es parte de lo que controlamos que las empresas cumplan”, indicó Laurenzano.
Y detalló que “lo central es que no se modifique la calidad del agua donde se está haciendo la disposición, pero también controlamos que tengan determinado caudal y presión para que no generen daños en la formación”.
Actualmente el gobierno neuquino se encuentra realizando la quinta campaña de control de monitoreo de efluentes que es liderada por la dirección de Fiscalización de las Actividades Hidrocarburíferas que encabeza la geóloga Nadia Curetti.
Este trabajo es arduo, ya que no solo deben recorrer uno por uno los casi 140 pozos sumideros que hay en la provincia, sino que por sus ubicaciones y los estrictos controles sanitarios de los yacimientos hacen que la campaña se extienda por meses, hasta prácticamente finalizar cuando esté iniciando la siguiente ronda.
Actualmente en la provincia de Neuquén hay pozos sumideros declarados, de los cuales 42 se encuentran operativos y activos, 23 están operativos inactivos, 21 se preparan para ser abandonados, 11 fueron recientemente perforados, 11 están no operativos y 32 figuran en carpeta para ser perforados.
Desde junio del año pasado la información de los monitores de cada pozo sumidero está también online con los sistemas provinciales de control, pero en la campaña la exactitud de los datos que se ven en el campo con los que indican los sistemas es uno de los puntos que se chequean.
“Se hace un muestreo, se toman las presiones y caudales que se están inyectando y controlamos que lo que esté en el campo sea el mismo dato que se está recibiendo en sistemas la provincia”, indicó Laurenzano y agregó que también “se exigen periódicamente perfiles y pruebas de corrosión a las instalaciones, y pedimos la creación de un pozo medidor que esté en la formación inmediatamente superior al pozo sumidero, para detectar rápidamente si llega a darse alguna fuga”.
La disposición final del agua debería ser el último recurso, antes hay que propiciar su reutilización lo más posible”.
Betina Laurenzano, directora Fiscalización Hídrica.
Como el agua es un factor común en la actividad un punto clave del trabajo del gobierno neuquino es potenciar su reutilización. “El criterio tiene que ser que la disposición final sea el último recurso”, enfatizó Laurenzano y contó que para ello se busca que las empresas avancen en la reutilización de sus efluentes.
En los desarrollos convencional el agua puede ser reutilizada en para la reinyección en al producción secundaria y desde algunas empresas se estudia realizar en los campos de Vaca Muerta una parte del agua para las primeras etapas de fractura.
Sin embargo, Laurenzano advirtió que “un gran cambio sería que las empresas compartan sus efluentes, que la que necesita agua pueda utilizar el agua tratada por otra empresa y evitar así que esa agua vaya a disposición final”. Una iniciativa que no solo depende del ritmo que tengas los desarrollos, en especial de Vaca Muerta, sino también de las delicadas ecuaciones económicas de los campos.
“Nada impide que una empresa pueda utilizar el agua de otra, es una cuestión de mercado y esperamos que con el repunte de la actividad podamos volver a analizar estos temas”, cerró Laurenzano.
Los requisitos de un pozo sumidero
Cada uno de los pozos sumideros de la provincia tienen un responsable por parte de la empresa que lo realiza, que previamente debe obtener una licencia ambiental para poder realizar ese pozo.
Una vez que la firma obtuvo todas las autorizaciones para poder hacer el pozo, ya que también hay exigencias municipales, se debe detallar las características del agua que allí se destinará y su procedencia.
Se debe hacer un mapa detallado de la formación sumidero, de la formación sello y de los acuíferos existentes, detallando las distancias. Y un análisis detallado del agua que se inyectará y del agua de la formación para determinar las condiciones en las que debe ser tratada para su disposición.
Las empresas deben detallar también todas las instalaciones que forman parte del sumidero, las presiones y caudales previstos, los pozos de su zona de influencia y un plan de contingencia, entre muchos requisitos más.
Desde el gobierno provincial se autoriza un determinado volumen de inyección que no puede ser superado por la empresa, ya que el objetivo final de todos los controles es evitar que el agua de disposición final tenga contacto con los acuíferos de la zona.
Fuente: Rio negro