La jueza del Segundo Distrito Sur de Manhattan intentará que las partes se pongan de acuerdo en la manera en que se aplica el proceso de “Discovery” por el cual el fondo litigante. Las perspectivas con las que YPF y el Ejecutivo encararán esta nueva etapa 2021 del juicio; presenta mejores expectativas que las perspectivas que se esperaban hasta 2019.
Esta posición de Preska les dio tiempo a los abogados que representan al país para que puedan armar mejores argumentos para justificar la posición diseñada por la Procuración del Tesoro local de llevar las leyes locales hacia la jurisdicción norteamericana; y que sean estos criterios los que Preska tengan en cuenta para tomar una decisión final. A partir de esta posición es que la jueza abrió el nuevo proceso de “Discovery”, etapa que comenzará con la audiencia de hoy.
Originalmente el fondo especializado en litigar en el mundo en casos como el del YPF, había comprado el 70% de la causa; y actualmente sostiene el 30%, habiendo colocado a inversores privados (en principio unos 10 fondos comunes de inversión), el resto de la causa. El 40% que ya vendió lo fue ubicando en diferentes momentos del avance del caso y a medida que se aproximaba el momento actual su precio iba en incremento otorgándolo a Burford (un especialista en manejar los tiempos de la oferta y demanda de las casos que va litigando), ganancias extraordinarias. El fondo abrió ayer sus números a Wall Street, al haber presentado su balance anual, incluyendo sus movimientos de activos, pasivos y rentabilidades contables y financieras; proceso obligatorio para cualquier empresa que cotice en Wall Street. Según mencionó el especialista de FinGuru Sebastián Maril, los números de Burford muestran que por primera vez en el proceso, el fondo no se desprendió de sus posiciones de YPF, a la espera de una resolución del caso. Se podría especular con que ante el cambio de actitud de Preska, tampoco podría colocar esas acciones a un porcentaje de ganancias similar al que Burford había logrado en los primeros años del caso; cuando con los fallos favorables había conseguido comprar a u$s15 millones y vender a u$s230 millones.
Burford reclama por los supuestos daños que el pago a los españoles de Repsol le provocó al 49% restante de los accionistas de la petrolera, tras la nacionalización de 2012. La demanda se inició por la expropiación de la mayoría de las acciones de la petrolera, pero a nombre de las empresas españolas Petersen Energía y Petersen Inversora, dos compañías hoy en quiebra, abiertas por el Grupo Petersen en los días en que era socio por el 25% de YPF y a partir de que el expresidente Néstor Kirchner los hizo ingresar como parte de la petrolera. El Grupo Petersen hoy está absolutamente fuera del reclamo, situación que está judicialmente aclarada en la justicia española y reconocida por los propios Burford que desistieron de reclamarle a Petersen. El gran misterio, por ahora, en esta megacausa es quién es el socio de Burford en los reclamos.
Fuente: Ambito