Las opciones son variadas y van desde activos basados en criptoactivos, hasta fideicomisos de granos, pasando por acciones de firmas agrícolas
El sector agrario viene muy bien perfilado este año y se presenta como una buena alternativa para los inversores no familiarizados con el campo.
“A principio de 2020, el inicio de la reconstrucción del stock ganadero chino llevó los precios de los commodities al alza, lo que se prolongó a lo largo del año. Otro driver importante fueron las malas proyecciones de cosecha en el hemisferio norte, que impactaron a la suba en los precios y los llevó a los máximos de los últimos 6 años para la soja y el maíz. Y es de esperar que, por factores climáticos, en 2021 volvamos a ver la soja cerca de los u$s600 en el mercado de Chicago”, describe Martín Medina, asesor financiero especializado en activos relacionados con el campo.
“Es sabido que Argentina es uno de los países más importantes en la producción de alimentos y sus productos agrícolas cotizan en dólares en el mercado de Chicago. Eso convierte a la inversión en una moneda dura y estable, aunque siempre hay que tener en cuenta que la mayoría de los granos paga un derecho de exportación (retenciones), lo que puede atentar contra el precio. No obstante, está claro que el agro es el principal motor de la economía Argentina”, afirma, en la misma línea, Darío Genua, uno de los directores de Openagro, firma que canaliza inversiones en el campo.
Por otro lado, en cuanto a la ganadería, Medina señala que el escenario presenta algunos cambios, entre los cuales el más relevante ha sido el aumento del precio del novillo en un 35% y también se vieron mejoras en los valores de los terneros. La exportación continúa firme y alcanzó un total de 900.000 toneladas, con China como el principal destino con el 40% o más.
En coincidencia con esta mirada, Luis Guillermo Villagra, director de Bitcow, sostiene que la ganadería es uno de los negocios más seguros y tradicionales del agro.
“Históricamente, personas ajenas al sector invirtieron en este segmentos, mientras muchas otras saben que el campo es uno de los grandes motores económicos de la Argentina y lo ven como una inversión interesante, pero que no tienen forma de participar del negocio”, señala.
El campo al alcance de la mano
Eso ha ido cambiando y, si bien parece una posibilidad lejana para quien vive en una ciudad invertir en un emprendimiento agrario, hay varias herramientas financieras que hoy permiten hacerlo y lo mejor es que, quien incurre en estos activos, goza de los beneficios que da este sector productivo, pero sin costear las altas expensas que requiere un proyecto de este tipo.
Es muy sencillo acceder al mercado agropecuario. Los pasos son los siguientes:
1. Realizar una apertura de cuenta en una sociedad de bolsa.
2. Comprar instrumentos de renta variable y/o a índices o instrumentos con alta diversificación (no solo en el mercado argentino, sino también en diferentes regiones a nivel global).
3. Otra alternativa es adherirse a un fideicomiso de siembra, para lo cual se firma un contrato donde se establecen las obligaciones y derechos de cada parte.
Invertir en campo: ¿qué activos elegir?
Si bien en Argentina la oferta de productos financieros agrarios no es tan amplia como se podría esperar para un país llamado “el Granero del Mundo”, hay varias opciones.
“Hoy los productores utilizan mucho las coberturas de precios en MATBA/ROFEX y realizan canjes de semillas por fertilizantes para no perder la oportunidad de vender su mercadería a muy buenos precios y fijar los de los insumos para la próxima campaña”, detalla Medina.
Otros instrumentos utilizados en el sector son las Sociedades de Garantía Recíproca (SGR) para obtener financiamiento con descuentos de cheques propios y de terceros y también están las cauciones bursátiles (en ambos casos, con tasas similares o menores a los créditos bancarios tradicionales).
Y, finalmente, se encuentran los instrumentos de renta variable, como acciones en Agrometal, Molinos Agro, Cresud, Bunge y AdecoAgro, que son una opción muy elegida.
“Para aquellas personas con excedentes de caja, existe la posibilidad de armar portafolios de inversión acorde al riesgo de cada cliente. El mercado ofrece la posibilidad de captar pequeños y medianos inversores a través de siembras compartidas entre grandes empresas y productores asociados. De este modo, los retornos esperados rondan el 5 y el 10% anual”, comenta Medina. Otras alternativas son fideicomisos cerrados que estructuran grandes sociedades de bolsa o bancos.
En una línea similar, Genua cuenta que la oferta de inversión de Openagro es la participación en siembras de cultivos agrícolas, como soja, maíz, girasol y trigo. “Funciona a través de un fideicomiso, donde cada inversor participa con cuotas partes del fondo. Respecto al capital, existe un mínimo de $250.000 y, entre todos los participantes, se alquila un campo, se compran los insumos (semillas, agroquímicos, fertilizantes) y se comienza la producción”, detalla.
Al cabo de unos 8/9 meses, ya se sabe la rentabilidad del negocio y, según el asesor, “es beneficioso el hecho de que se trate de una inversión de corto plazo atada al dólar, ya que se producen commodities”.
Sin embargo, reconoce que los beneficios obtenidos dependen mucho de cómo se desarrolle el año en términos de lluvias, precios y rendimiento de cada cultivo. “Para tener una idea, con el nivel de precios actual, se puede estimar una renta de aproximadamente un 70% en pesos“, ejemplifica.
Comprar tokens ganaderos
Bitcow, por su parte, ofrece una propuesta novedosa basada en el concepto de los criptoactivos, que en 2020 arrojó una rentabilidad del 60%. “Nuestra intención es darle al inversor chico o mediano la posibilidad de participar en un negocio grande, de escala, en el que por su propia cuenta no podría entrar”, dice Villagra. Así, le dan la posibilidad de adquirir un token, que es como una ficha, que representa una porción de Bitcow.
Cada Bitcow tiene como aval a una vaca preñada. Ese animal inicial va teniendo cría y esto permite incrementar el rodeo. “Por eso, hay momentos en que hay tres o cuatro generaciones dando a luz y eso va generando más tokens. Es un negocio que se reproduce, a diferencia de las acciones”, detalla.
Además, ese Bitcow va a tener un precio inicial que luego puede incrementarse en línea con el precio de la carne y de la hacienda. Es decir, que incide en el valor de venta del kilo vivo y sobre mostrador.
Lo que se compra cuando se adquiere un Bitcow es una cuotaparte de un fideicomiso ganadero que opera dos campos en la Provincia de Buenos Aires, uno en Benito Juárez y otro en Trenque Lauquen. La idea es sumarle blockchain a la propuesta a partir del año que viene y ya hay propuestas desde Uruguay, Paraguay y Brasil para replicar este negocio.
La participación mínima es de 0,10 centavos de Bitcow y esa cuotaparte tiene un valor de estimado de $13.000, por lo que la unidad vale $130.000 y Villagra asegura que lo positivo es que es todo online, ya que estos tokens se pueden adquirir a través de una plataforma de última generación en la que el inversor se abre una cuenta y, a partir de ese momento, está habilitado para fondearla desde el banco. “Por eso, nuestra propuesta es “convertite en un ganadero sin salir de tu casa”, asegura el director de la empresa.
Todo parece indicar que este es un buen momento para invertir en el campo. Por un lado, porque este año el precio de la carne fue mucho mejor que la inflación y que los plazos fijos y hasta resultó más dinámico que el dólar blue.
“Es un negocio que se está recuperando y hay mucha demanda de alimento por el mundo. Hay pocos países que pueden ser abastecedores de alimentos y uno de ellos es la Argentina”, resalta Villagra. Y, por el otro, hay que tener en cuenta que en estos momentos la campaña de granos gruesos (soja, maíz, sorgo y girasol) está en pleno desarrollo y los precios están subiendo rápidamente, por lo que, tal como lo asegura Genua, “es un buen momento para planificar una inversión durante en 2021 en un sector tan importante como el agro”.
Fuente: Iprofesional