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Una investigación de la consultora noruega DNV GL reportó que la industria del petróleo y el gas se está transformando y que este año los presupuestos se inclinaron hacia las energías renovables.

La industria del petróleo y el gas atraviesa su tercera desaceleración importante en 12 años, pero las perspectivas para 2021 están influenciadas por la posibilidad de que esta desaceleración sea diferente a las del pasado. Quizás la diferencia más significativa reviste en el cambio de capital que se aleja de los combustibles fósiles.

De acuerdo con la publicación de DNV GL, dos tercios de los profesionales de la industria dijeron que sus compañías están adaptándose a una combinación de energías menos intensivas en carbono durante el 2021. El 57% de las empresas planea aumentar la inversión en renovables en comparación con el 44% que estimaban en 2018.

Por otro lado, existe la idea entre los ejecutivos consultados que la demanda mundial de petróleo alcanzó su punto máximo para el corto y mediano plazo; centrando las expectativas para los próximos años en las inversiones de gas natural.

Estos cambios en la inversión conducirán a un cambio de visión de las empresas y una reorientación estratégica de los negocios de la energía.

Si bien en el 2020 se observó en algunos países quiebras y fusiones de empresas, el informe prevé una mayor cantidad de ventas de activos durante el 2021. Los analistas entrevistados por la consultora internacional con sede en Noruega consideraron que este año habrá un 63% más de escisiones y desinversiones que los años anteriores.

La perspectiva que observa DNV GL es que las prioridades en el mundo están cambiando a medida que los inversores reevalúan los riesgos y que los gobiernos invierten en estrategias para recuperarse tras la pandemia.

Remi Eriksen, presidente del grupo y director ejecutivo de DNV GL, dijo que “las políticas climáticas se expandieron durante el 2020 desde Europa a China, llegando este año a Estados Unidos…” lo que impulsó un “cambio de dirección en la industria del petróleo y gas.”

El estudio se basó en una encuesta a más de 1.000 profesionales de todo el mundo y de posiciones de alto nivel, donde solo el 39% confían en el crecimiento de la industria durante el 2021 frente al 66% del año pasado.

Otro factor que toma en cuenta la investigación para afirmar que las empresas están invirtiendo en otro tipo de energía es el concepto de reducción de costos que está sufriendo la actividad. El 96% de los encuestados consideró que la política de reducción de costos seguirá siendo una prioridad, que los métodos tradicionales alcanzaron el límite, y que el 2021 será más desafiante para todos los actores de la industria.

Esta situación pone en evidencia un cambio en las estructuras de los negocios y de las políticas gubernamentales. Los estados enfrentarán la problemática de reducir sus estructuras administrativas para disminuir el gasto público o permitir la reducción del sector privado.

Durante el 2019 la industria recortó costos a la espera que aumentara la demanda y el costo fiscal se mantuviera. Si bien, algunos gobiernos especulan con una rápida recuperación que posibilite un incremento de la recaudación producto de la reactivación; la visión de DNV GL estima que las grandes empresas se inclinaron por invertir en proyectos transformadores de largo plazo que tiendan a la descarbonización de la industria.

Para Eriksen, la nueva tendencia que venía lentamente implementándose en el mundo pasó de estar “en el horizonte a una prioridad inmediata”; y en este sentido, confía que los mercados financieros tomaron nota del cambio social tras los efectos de la pandemia Covid-19.

 

 

 

Fuente: Mejor informado