La oferta que presentó YPF para reestructurar US$6200 millones tuvo un primer traspié hoy, luego de que la empresa no lograra reunir quórum en ninguna de las siete asambleas de acreedores que realizó temprano en la mañana para modificar las cláusulas de concesión de las series de bonos que busca canjear.
“Debido a la falta de quórum necesario para sesionar, no fue posible abrir el acto en primera convocatoria y celebrar la misma”, decía el comunicado que la petrolera presentó ante la Comisión de Valores (CNV). La empresa necesitaba la participación virtual de los tenedores del 60% del capital a reestructurar. Todavía puede convocar a una segunda asamblea, en la cual necesitará un voto afirmativo menor, del 50% del capital a canjear, para cambiar los contratos existentes.
Dado este panorama, YPF necesitará mejorar su oferta financiera si quiere reunir una adhesión importante para patear el vencimiento de US$413 millones que enfrenta el próximo 13 de marzo. Se trata de un bono que tenía un vencimiento original de US$1000 millones y que la petrolera ya refinanció en julio pasado, cuando logró un 58% de adhesión.
Sin embargo, luego de realizado el canje, el Banco Central le informó que no le dará los dólares necesarios para hacer frente al remanente de US$400 millones, por lo que la petrolera tiene tres alternativas: convencer a la entidad que le venda las divisas, mejorar la oferta para lograr una adhesión mayor o entrar en default, lo cual sería el peor desenlace no solo para YPF, sino para todas las empresas argentinas.
La oferta actual de canje voluntario está disponible hasta el 4 de febrero. YPF pidió posponer todos los vencimientos de capital e intereses por dos años, ofreciendo tres bonos a cambio: uno que vence en 2026, respaldado por el flujo de cobranza de exportaciones, y otros dos títulos, con vencimiento en 2029 y 2033, sin respaldo de exportaciones.
La propuesta, sin embargo, no sedujo a los inversores, entre los que se encuentran los grandes fondos de inversión Fidelity y Blackrock.
La oferta fue vista en el mercado financiero como un calco a la realizada por el ministro de Economía, Martín Guzmán, cuando reestructuró la deuda soberana, por lo que se interpretó como una injerencia más del Estado argentino en las decisiones de la compañía.
Al momento se formaron dos grupos de acreedores, que tienen entre el 20% y 25% del capital a reestructurar cada uno y que actúan de forma coordinada, según señalaron.
Uno de los comités, en el cual se encuentran 13 grandes fondos institucionales, es representado por el estudio White & Case, muy conocido en la Argentina, ya que también negoció la reestructuración de la deuda soberana con Guzmán; el canje de la provincia de Córdoba, y generó que se presentara una demanda en Nueva York contra Entre Ríos, tras no llegar a un acuerdo por el refinanciamiento de una deuda de US$500 millones.
Según indicó el estudio en un comunicado, los tenedores a los que representa son titulares de más del 25% del total de los bonos en circulación de YPF (US$1550 millones). Este grupo ya había adelantado que no participaría de la asamblea convocada para hoy.
“El objetivo inmediato del Grupo es bloquear la Oferta de Canje para evitar una destrucción innecesaria e inaceptable del valor de los Bonos”, había dicho en un comunicado presentado la semana pasada.
En paralelo hay otro comité de acreedores representados por los estudios de abogados Dechert LLP y DLA Piper Argentina. En total representan a los tenedores del 20% del total en circulación (US$1300 millones).
Por ahora, los fondos de inversión tienen motivos para seguir esperando. Exactamente un año atrás, el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, amenazó con no pagar un vencimiento de interés de US$250 millones de un bono de la provincia, del cual Fidelity tenía más del 16% del capital, ya que decía que no tenía los recursos. Hasta último momento se especuló con un probable default, pero Kicillof finalmente terminó pagando el total del vencimiento.
Este antecedente utilizan los bonistas para explicar su estrategia. Entienden que un default de YPF sería muy peligroso sobre todo para Vaca Muerta, un proyecto de capital intensivo que necesita de financiamiento para desarrollarse.
Fuente: La nacion