Se espera que la industria se recupere pero la trayectoria del Covid y las preocupaciones sobre la demanda se avecinan
El sector petrolero se vio más afectado que casi ningún otro por la pandemia. Los precios del crudo cayeron de cerca de u$s 70 el barril, a principios del año pasado, a menos de u$s 20 en abril, debido a que las cuarentenas redujeron la demanda de combustible.Después de una guerra de precios corta pero muy dañina, la Opep y Rusia promulgaron recortes récord de suministro para estabilizar el mercado. Pero, incluso entonces, las empresas se vieron obligadas a romper sus planes de inversión mientras las grandes compañías energéticas europeas comenzaban a mirar hacia un futuro más verde.
Sin embargo, a medida que el turbulento año de la industria llegaba a su fin, había signos de una recuperación incipiente. El crudo volvió a subir a u$s 50 y algunos inversores apuestan a que el ciclo esté cambiando. A continuación, las cinco cosas a tener en cuenta en 2021:
1 DEMANDA DE PETRÓLEO
Probablemente, aumentará. Pero, ahí, es esencialmente donde terminan las buenas noticias: se espera que la demanda esté muy por debajo de los niveles pre-pandémicos. La Agencia Internacional de Energía (AIE) proyecta que el consumo aumentará en casi 6 millones de barriles por día (b/d) en 2021, pero promediará solo 96,9 millones de b/d, todavía, muy por debajo del récord prepandémico, de 100 millones en 2019.
También, se pronosticó, originalmente, que la demanda de petróleo se expandiría en alrededor de 1 millón de barriles diarios en 2020 y 2021. Eso significa que el consumo en 2021 debería ser, al menos, 5 millones de barriles diarios por debajo de donde habría estado sin el coronavirus. En 2009, cuando la economía mundial se vio afectada por la crisis financiera, la demanda de petróleo cayó un poco más de 1 millón de barriles diarios.
La caída de demanda proviene de tres vertientes principales. El más grande es el combustible para aviones, y se espera que los viajes aéreos se mantengan gravemente deprimidos, consumiendo 2,5 millones de barriles diarios menos que antes de la pandemia.
La demanda de gasolina y diésel mejorará, pero se espera que se restrinja en el primer semestre hasta que las vacunas estén más disponibles y solo alcancen el 97% a 99% de los niveles pre-pandémicos, según la AIE. El golpe final proviene de las consecuencias económicas, que van desde una menor demanda de las empresas manufactureras hasta menos mercancías enviadas por mar.
2 SUMINISTRO DE PETRÓLEO
Las perspectivas para el suministro de petróleo son más complejas. El colapso de los precios en 2020 succionó la inversión de la industria, mientras que problemas prácticos, como el distanciamiento social en las plataformas petroleras, retrasaron los programas de perforación. Luego, está el shale de los Estados Unidos. Esta fuente de suministro relativamente cara se vio muy afectada por la caída de los precios, con la producción de crudo estadounidense cayendo. El shale se estabilizó en la segunda mitad de 2020. Pero los días de crecimiento exorbitante quedaron atrás, por ahora.
Una de las variables clave para el petróleo será cómo reaccionan el shale y otros productores, si los precios suben muy por encima de los u$s 50 el barril, un nivel en el que la mayoría de las empresas puede cubrir sus costos. A nivel mundial, la AIE prevé que la producción fuera de la Opep aumentará en 500.000 b/d este año, después de caer 2,6 millones en 2020. “Aún es cuestionable si los precios del petróleo pueden permanecer tan altos y mantener estas ganancias”, dijo Bjornar Tonhaugen, de Rystad Energy.
3 OPEP Y SUS ALIADOS
El desajuste entre oferta y demanda pone mucho peso en lo que hacen la Opep y aliados, como Rusia.
En abril, cancelaron una guerra de precios de un mes y acordaron recortar casi el 10% de la producción mundial para rescatar el mercado. El acuerdo estaba destinado a reducirse, permitiendo a los países producir más a medida que se recupere la demanda. Pero una crisis prolongada los dejó atrapados con más de 7 millones de barriles diarios de crudo aún sin conexión. Las tensiones aumentaron dentro del grupo. Los temores de una nueva guerra de precios están pesando sobre la confianza, argumentan los analistas de RBC Capital Markets.
4 GEOPOLÍTICA
El mayor cambio geopolítico en 2021, probablemente, llegará temprano: cuando Donald Trump abandone la Casa Blanca. Trump se involucró mucho en las decisiones de la Opep, presionando a Arabia Saudita para que aumente o baje la producción a cambio de su apoyo.
Se espera que Joe Biden participe menos en el cártel, pero puede que termine siendo no menos influyente. La posible reactivación del acuerdo nuclear con Irán podría hacer que Teherán agregue cerca de 2 millones de barriles diarios de crudo al mercado, si las sanciones de los Estados Unidos se alivian. Las tensiones en algunos de los productores de petróleo más débiles, en África, América latina y otras regiones, también serán vigiladas de cerca. Todos se vieron muy afectados por la caída de los precios del petróleo, que amenaza la estabilidad política.
5 REFINADO
Uno de los peores sectores de la industria petrolera en 2020 fue la refinación. La gestión de suministro del grupo Opep+ ayudó al crudo, pero las refinerías tienen menos palancas de las cuales tirar cuando la demanda cae. Eso significó márgenes bajos durante gran parte del año. Se espera que los cierres permanentes de plantas se aceleren en 2021, especialmente, en Europa, y los patrones de consumo se desplazarán hacia el este. Sin embargo, si se cierran suficientes plantas, eso debería aumentar los márgenes para las que quedan en pie.
Fuente: Cronista