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Comienzan reuniones con cada automotriz para definir cupo de 0 km. Se proyecta un mercado de 450.000 unidades. Más del 60% viene del exterior.

El Gobierno comenzará a reunirse en los próximos días con las automotrices para definir el cupo de autos que cada una tendrá para importar el año próximo. En base a las estimaciones oficiales, la compra de vehículos al exterior demandaría unos u$s3.500 millones. No es un tema menor ya que las reservas del país no pasan por su mejor momento, lo que obligó que en los últimos meses se impusieran restricciones al ingreso de 0 km del exterior.

El cálculo surge de la proyección de demanda para el 2021 que manejan en el Ministerio de Desarrollo Productivo, que comanda Matías Kulfas. En esa cartera, prevén que en los próximos doce meses se venderán en la Argentina cerca de 450.000 unidades. En los últimos años, el mercado local estuvo compuesto por 70% de modelos importados. La política de la actual gestión apunta a reducir esa participación por lo que se espera que se acerque al 60%. Esto significa, según esa proyección de ventas totales para 2021, que unas 270.000 unidades tendrían que ser importadas. A un valor promedio de u$s13.000 por 0 km, se llega a esa abultada cifra de dinero que se necesita para mantener el abastecimiento normal del mercado.

Por ese motivo, la negociación que empieza con las terminales (son las principales importadoras) será complicada. Cualquier promesa que se haga desde el Gobierno estará atada a la disponibilidad de divisas y eso depende, en gran medida, del acuerdo con el FMI y la marcha de la economía.

La necesidad de administrar el comercio de 0 km comenzó hace unos meses a partir de la falta de divisas. En ese momento, Kulfas se reunió con los integrantes de ADEFA para informarles la cantidad de 0 km que se iban a poder importar este año. Esto se produjo debido a que, imprevistamente, se habían comenzado a trabar las importaciones por decisión oficial y se generó mucha incertidumbre sobre cómo seguir operando. En esas reuniones se puso como objetivo llegar a un mercado de 300.000 unidades como piso (será de poco más de 330.000 vehículos). Por ese motivo, el Gobierno le garantizó a las empresas un volumen de importación de 96.000 vehículos. De esta forma se establecía un horizonte de previsibilidad.

Ahora, se busca repetir ese esquema para todo 2021. La intención oficial es que la participación de autos importados se reduzca todo lo posible y el consumo se vuelque a vehículos nacionales. El problema es que la producción local, por la gama de modelos que se fabrican, no alcanza a cubrir las necesidades y, por eso, se recurre a la importación de otros tipos de vehículos.

En las empresas se manejan con cautela. Más allá de lo que pueda prometer el funcionario, la realidad muestra que la situación es más complicada de lo que parece. De hecho, aseguran que el Gobierno no está cumpliendo con el volumen prometido para este año en los tiempos necesarios. “Vivimos haciendo gestiones para que nos liberen autos del puerto. Es una burocracia que agota” señalaron desde una terminal. Por eso, lo que se acuerde en los próximos días estará sujeto a cualquier imponderable. En la mesa de negociación, se pondrán los planes de producción, ventas, exportaciones e inversiones de cada empresa para ir determinando el cupo que le corresponde. Estos datos ya fueron acercados a los despachos oficiales hace un par de meses y, ahora, serán claves para la decisión. Hay que tener en cuenta que además de estos aproximadamente u$s3.500 millones hay que sumarle lo que se necesitan para producir. Los 0 km que se fabrican en el país tienen alrededor de 70% de piezas importadas que demandan divisas. Esta es la prioridad para liberar fondos. La importación de vehículos está en un segundo plano. También es bueno tener presente que el volumen esperado depende de muchos factores por lo que nadie puede asegurar que se lleguen a esos 450.000 0 km.

Fuente: Ambito