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Las gerencias readaptaron sus procesos para hace frente a las necesidades internas y externas por la pandemia. Cuáles fueron las cuatro etapas que transitan las empresas.

El 2020 será un año para recordar en la historia de la humanidad. La pandemia de coronavirus covid-19 nos obligó a redefinir la forma en que vivimos y la manera de trabajar. En este contexto, las empresas tuvieron un rol importante tanto puertas adentro como hacia afuera porque durante la crisis producto del parate económico las organizaciones mantuvieron sus prácticas de gestión responsable.

Conviene realizar un recorrido sobre cómo reaccionaron las empresas desde sus áreas de sustentabilidad para enfrentar este nuevo escenario. El CEADS detectó que las organizaciones recorrieron cuatro etapas durante el aislamiento obligatorio que se decretó en marzo pasado y continua con matices.

La primera etapa estuvo signada por una respuesta inmediata ante la crisis, en donde las áreas de Sustentabilidad viraron sus acciones para brindar contención hacia la comunidad haciendo foco en necesidades alimentarias y sanitarias. “Si bien fueron acciones de asistencia, gracias a la profesionalización de las gerencias, no se cayó en el asistencialismo previo al auge de la RSE”, destaca Sebastián Bigorito, director ejecutivo del CEADS quien destacó que las acciones no se limitaron a donaciones unilaterales, sino que hubo un alto grado de involucramiento y uso de indicadores de gestión.

En la segunda etapa se inició un proceso de estabilización, en donde las empresas comenzaron a centrarse en sus colaboradores desde dos enfoques: para empresas con actividades esenciales hubo una alta necesidad de capacitación en materia de salud y seguridad y para el resto se trabajó en la comunicación interna para brindar contención a los empleados que iniciaron el teletrabajo. “Esta crisis obligó a las empresas readaptar los procesos de trabajo y acompañar al personal. En ese sentido hubo una respuesta importante de las empresas de cuidado hacia adentro”, define por su parte Gabriel Berger, director del Centro de Innovación Social de Udesa.

La tercera etapa se identifica con la vuelta responsable y segura al trabajo en donde se intensificaron las capacitaciones en seguridad y salud ocupacional mediante protocolos que exigió el Estado para la apertura de ciertos sectores de la economía.

Las compañías también modificaron sus producciones para esta nueva normalidad lanzando productos como sanitizantes y líneas de alcohol en gel. “Muchas empresas adaptaron sus ofertas y comunicación para acompañar a sus clientes frente a la pandemia”, describe Berger.

La cuarta etapa -advierte Bigorito- tiene que ver con el análisis de cómo la pandemia afecta y va a afectar la agenda de sustentabilidad corporativa para los próximos 10 años. Se trata de un proceso en el que las compañías deben hacer una relectura de sus prioridades. “La principal lección aprendida de la crisis del covid es que no hemos tenido capacidad de planificar e identificar disrupciones”, completa el directivo.

La pandemia demostró la capacidad de respuesta de las organizaciones ante nuevos contextos, resta saber cómo seguirá la adaptación en esta nueva normalidad que parece aun muy incipiente.

 

Fuente: Ambito