La semana pasada, con el salto de la cotización a $167, el mercado cerró alterado. Se anticipan días de mucha especulación en un mercado desabastecido.
Lo que hacen muchas concesionarias es vender las unidades necesarias para cubrir los costos fijos. Una vez alcanzado ese objetivo retiran de la oferta los vehículos que tienen en su poder o los venden con sobreprecio. Fuentes del sector aseguraron que en las agencias tienen un stock de unidades equivalente a medio mes de venta. Un volumen por debajo de los inventarios normales. Las operaciones que más posibilidades tienen de concretarse son las que ponen en juego un vehículo usado de pocos años debido a que con el faltante de 0 km, hay mucha demanda porque implica entrega inmediata. Eso hace que sus precios se eleven y el margen de rentabilidad del vendedor crezca.
Con este desabastecimiento que se produjo por las trabas a las importaciones y el cierre de fábricas por la cuarentena, se estima que las redes de ventas perdieron más de 50.000 unidades del stock que tenían antes de la pandemia. Se espera que esta situación se profundice en lo que queda del año.
El problema está ahora centrado en la incertidumbre cambiaria. Con una brecha tan amplia, se especula que va a ser difícil que el Gobierno pueda sostener el tipo de cambio oficial, más si se tiene en cuenta que la “apuesta” que tienen que hacer los vendedores tiene una ventana de 90 días para saber si ganó, salió hecho o perdió.
Fuente: Ambito