La receta es sencilla: más oferta de dólares, más demanda de pesos. Con esta fórmula sencilla pueden interpretarse las más de cincuenta medidas que el Gobierno anunció ayer y que anticipó en la entrevista con Ámbito. En rigor, el ministro Guzmán volvió a identificar el principal problema que parece preocupar al Gobierno por estas horas: la falta de dólares. Las reservas líquidas no superan los u$s1.000 millones. No hay dólares en el Banco Central, que viene de restringir aún más el acceso al mercado (¿único?) de cambios, y así y todo sigue perdiendo dólares. Por eso el Gobierno apunta a que el agro comience a liquidar más a partir de una baja gradual y temporaria de las retenciones (más oferta) a lo que sumará baja de retenciones y suba de reintegros para bienes finales industriales, con la finalidad de mejorar los números de la exportación de ese sector (más oferta). Si se lo piensa, le otorga incentivos a un sector que es demandante de dólares con la finalidad de que pueda financiar sus propias divisas en el proceso de reactivación buscado. En la misma línea van las medidas para el sector de la minería.También, en el lanzamiento de programas para sustituir importaciones por parte de los sectores exportadores como carnes, vinos, economía del conocimiento, automotriz, petróleo, gas, foresto-industrial, textil, calzado, minería y metalmecánica. Del otro lado, se busca generar que la mayor oferta de pesos existente (que continuará en los últimos meses de este año y comienzo del 2021) deje de presionar al dólar. Para eso, se quiere impulsar una demanda de pesos con la finalidad de volcarlos a la inversión en esa moneda, tanto mediante una suba de la tasa de interés, como también a través de inversiones dólar-linked.
Asimismo, es probable que se termine impulsando una reforma tributaria que contemple una suba de impuestos como Ganancias y Bienes Personales, que “ayudarán” al fisco a quitar de circulación una parte de la emisión de pesos utilizada para financiar el déficit proyectado y a compensar una parte de los recursos que va a resignar por la baja de las retenciones y la suba de los reintegros. De fondo, lo que subyace es la ingeniería desplegada por Martín Guzmán para encastrar las mayores restricciones.