Shell ya ha anunciado que hará una reestructuración importante que la colocará en el camino de la transición energética y aunque entrará en vigor a partir de 2021, ya la gigante petrolera está tomando algunas decisiones.
Shell está haciendo grandes recortes en su negocio de fracking con el objetivo de liberar efectivo que se reorientará a las inversiones en energías renovables a la par de hacer frente a los estragos causados por la pandemia.
El gigante petrolero internacional reducirá alrededor del 40% de los gastos generales, incluido el personal de la división de gas y petróleo del sector del shale centrado en Estados Unidos, para principios de 2021.
El alcance de los recortes en el negocio puede alcanzar a siete proyectos en los EE.UU., Canadá y Argentina, incluida la región central de shale de la Cuenca Pérmica en Texas.
Shell, junto con otras grandes petroleras como Exxon, Chevron y BP, han considerado el shale estadounidense como una fuente de crecimiento en los últimos años, pero la caída de los precios del petróleo y el gas debido a la pandemia le ha restado atractivo a muchos de los activos en el sector y ha obligado a las empresas a realizar cuantiosas amortizaciones contables.
La compañía que lista en el FTSE 100 (Financial Times Stock Exchange 100 Index) lanzó una campaña de ahorro de costos de US$ 9 mil millones en todo el negocio en marzo para ayudar a hacer frente a la pandemia. Mantener bajos los costos en el shale siempre ha sido clave dadas las rápidas tasas de perforación necesarias para mantener la producción.
Los resultados financieros de Shell para el segundo trimestre de 2020 reflejaron una pérdida en los ingresos de US$ 18.1 billones. La empresa puso en práctica un fuerte ajuste en los gastos de capital, que se redujeron en 27% respecto al 1T-2020.
Se detuvieron proyectos como el de LNG de Lake Charles en Estados Unidos, el Joint Venture con Gazprom para el campo MNG en Rusia y varios proyectos de incremento de capacidad de refinación.
En camino de cumplir los objetivos de reducción de costos el gasto de capital en efectivo se redujo en US$ 1.4 mil millones en comparación con el primer trimestre de 2020.
También, una reducción en los gastos de exploración y en las actividades de perforación en el shale.
En julio de este año, Shell vendió sus activos de shale de Appalachia a la National Fuel and Gas Company por US$ 541 millones, ya que ahora su objetivo es centrarse en los activos principales de mayor margen.
Shell también busca eficiencias a medida que intenta adaptarse al impulso global hacia fuentes de energía con bajas emisiones de carbono, liberando así inversiones para proyectos de captura de carbono e hidrógeno en etapas iniciales.
La compañía anunció planes en julio para reducir sus emisiones de carbono a cero, y fue más lejos que muchos al incluir las emisiones generadas por los clientes.
El CEO de Shell, Ben van Beurden, ha señalado una “revisión completa” de la compañía. Mientras que Wael Sawan, director de upstream de Shell, dijo recientemente a un grupo de analistas que había menos capital disponible para la producción, con el shale particularmente afectado, y esperaba que se retrasos en la aprobación de proyectos.
Fuente: Worldenergytrade