“Nuestro sector fue duramente golpeado por la crisis y se está adecuando sin pausa a las exigencias actuales, profesionalizándose para cumplir con eficiencia ante un nuevo consumidor. La actualidad nos muestra un mercado que se sigue caracterizando más por la demanda que por la oferta. La gente con poder adquisitivo y ahorros en dólares ve al auto barato ante la brecha cambiaria. Los vehículos salen menos en dólares hoy que hace seis o siete meses”.
En ese sentido, señaló que “la reposición está complicada, pero en ciertas provincias es crítica. La gente compra con dólares o efectivo. La entrega del auto usado en las transacciones se ha reducido considerablemente. Además, la gente no financia, no quiere endeudarse, mientras que las empresas están trabajando con un margen de rentabilidad bastante reducido”.
En cuanto a las proyecciones del mercado, estimó que “pese a los volúmenes de venta que se vienen registrando durante el año (898.379 unidades), junto al tiempo en que las agencias permanecieron cerradas durante el año, podemos decir que 2020 terminará con una caída entre un 20% y 25% por debajo de 2019, cuando se vendieron 1,7 millones de unidades usadas”.
“Un dato interesante es que está bajando en todo el país la venta clandestina, la venta con “tachito” que durante tantos años proliferó en Argentina. La gente se dio cuenta que tiene que recurrir a un negocio establecido por seguridad y garantía en la operación. Esto también contribuye al incremento de ventas en los comercios de autos usados”, agregó.