La compañía espera mejores señales de mercado para retomar la actividad en la formación no convencional. Tienen 11 pozos en stock, pero no consideran que sea el momento para terminarlos.
A la espera de una reactivación sostenida en la demanda y de un mejor escenario de mercado, la compañía de Marcelo Mindlin se encamina a cerrar el 2020 sin ningún pozo nuevo en Vaca Muerta. Incluso, en caso de que durante el último tramo del año el escenario actual cambie rotundamente, Pampa Energía cuenta con 11 pozos en stock, sin fracturar, que podrían permitirle incrementar la producción sin subir equipos.
“Principalmente no estamos proyectando pozos no convencionales para este año y lo más probable es que cumplamos con nuestros requerimientos de producción con nuestras reservas de tight gas y no de shale”, aseguró el CEO de Pampa Energía, Gustavo Mariani, en la presentación de resultados del segundo trimestre. Además, señaló que dependerá cómo sea la nueva normalidad para ver si continuarán por el mismo rumbo o harán cambios el próximo año.
Con un barril criollo, un barril internacional un poco más estable y con el nuevo Esquema del Gas que lanzó Nación, el mercado está en una mejor posición que hace unos meses, sin embargo, para Pampa se necesitan “más señales”.
“Ahora tenemos un stock de 11 pozos, podríamos retomar la actividad, pero necesitamos más señales (…) veremos para el resto del año lo qué pasará con los precios y si vale la pena seguir perforando siendo que ya tenemos un stock”, precisó la Jefa de Relaciones con Inversores de Pampa Energía, Margarita Chun.
El complejo escenario macroeconómico con el que arrancó el 2020 aplazó los planes que tenía Pampa Energía en el segmento de Exploración y Producción (E&P) y particularmente en Vaca Muerta donde postergó dos pozos exploratorios. Desde la firma esperaban que durante el año el contexto mejore, pero eso no sucedió. Primero los precios de mercado y en segundo lugar una contracción sin precedentes en la demanda de hidrocarburos por la pandemia.
Gas y petróleo
Todos estos factores ajenos a las características del suelo de la formación no convencional se conjugaron y derivaron en una pausa obligada para los planes de la firma en Neuquén. Sin embargo, a pesar del arduo contexto operacional, la producción total de Pampa durante el segundo trimestre del año decreció un 10% interanual y solo un 5% respecto al primer trimestre.
Las ventas de petróleo se redujeron un 17% interanual por la menor demanda y un 23% respecto al primer cuarto del año. Respecto al precio, la compañía informó una caída del 65% en el valor a nivel interanual y un 58% comparado al primer trimestre, el cual se desplomó a 21 dólares el barril.
“Aunque a mediados de mayo el gobierno instauró el barril criollo a 45 dólares para el mercado doméstico, la demanda estaba colapsada”, indicaron desde la compañía. Vale recordar que, en junio y por primera vez, la firma exportó cerca de 95.000 barriles de petróleo Medanito de la Cuenca Neuquina con destino a Holanda.
En el segmento del gas, la empresa reportó una producción promedio de 7 millones de metros cúbicos de gas por día, si bien es un 10% menor al año pasado se mantuvo estable entre los trimestres, “a pesar del colapso de precios y la falta de contratos a largo plazo”.
“Menores precios impactan directo en la ecuación del breakeven, por lo tanto, los productores responden con menor nivel de perforación y comienzan los declinos naturales”, detalló la gerenta de Relaciones con Inversores de Pampa, Lida Wang.
Por esto es que la firma registró una caída en la producción en Rincón del Mangrullo y Río Neuquén y, en menor escala, otra baja en el bloque Sierra Chata. De todas maneras fueron compensados parcialmente por incrementos en El Mangrullo, y es que en este bloque se amplió la infraestructura de evacuación por la “destacada” productividad y potencial. Además, no es un dato menor que este bloque es 100% de Pampa Energía.
En detalle, en el segundo trimestre del año, la producción en El Mangrullo alcanzó los 4.300.000 millones de metros cúbicos por día, un 5% más alto que el mismo período del 2019. El nivel marca que solo El Mangrullo significa un 60% de la producción total de gas de la firma. En paralelo, el 7% de la producción del segundo trimestre correspondió a shale gas por la completación de dos pozos horizontales en ese bloque el año pasado.
Por último, en el segmento de Exploración y Producción, la compañía infirmó que en el segundo trimestre registraron un Ebitda (ganancias antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización) ajustado de 6 millones de dólares. Un resultado que significa una caída del 88% respecto al segundo trimestre del 2019, en el que se ve claramente el impacto del coronavirus y la devaluación de la menda local.
Fuente: Rio negro