Los dos equipos que están en la provincia se encuentran inactivos. La recaudación por regalías bajó 25% en los primeros cinco meses.
El sector petrolero de Mendoza está teniendo una recuperación llamativamente lenta, luego las semanas más estrictas del aislamiento social, preventivo y obligatorio. La destilería de Luján de Cuyo ha incrementado levemente su producción, pero el ritmo de extracción es aún muy bajo y los dos equipos de perforación que se encuentran dentro de la provincia están inactivos.
Este escenario afecta al nivel de actividad general de Mendoza y compromete aún más las cuentas públicas, debido a la constante deterioro de los ingresos del Gobierno en concepto de Regalías. Según datos publicados por Administración Tributria Mendoza (ATM), en los primeros cinco meses del año el Estado percibió U$S 47 millones de parte de las petroleras, casi un 25% menos que igual período de 2019, cuando se registraron U$S 62,4millones. Hace apenas cuatro años, el monto recaudado entre enero y mayo se acercaba a los U$S 100 millones (ver cuadro).
La retracción de los ingresos del Estado es consecuencia de la conjunción de dos factores. Por un lado, se desplomó el precio internacional del barril de crudo, a causa de una disputa que tuvo lugar a principio de año entre Rusia y Arabia Saudita, dos potencias productoras de hidrocarburos. Como en Argentina se toma como referencia el valor del crudo en el mundo (la cotización del Brent), el conflicto entre los países asiáticos terminó incidiendo en la cantidad de dólares que las petroleras le pagaron a Mendoza por cada barril extraído.
Por otro lado, la producción fue considerablemente menor. De acuerdo al Ministerio de Energía de la Nación, en los primeros cuatro meses del 2020 (aun no está disponible el dato correspondiente a mayo) se produjeron 1.203.126 m3 de crudo en Mendoza, lo que significó una caida del 10,1% respecto al año anterior. Ese fue además, el peor primer cuatrimestre para el sector petrolero local desde que existe registro oficial (año 1999).
Ritmo lento
Aunque aun no hay estadísticas publicadas correspondientes al quinto y sexto mes del año, es un hecho que la producción petrolera siguió siendo extremadamente baja en Mendoza. Emilio Guiñazú, Subsecretario de Energía y Minería de la Provincia, recordó que con el inicio de la pandemia el consumo de combustibles bajó a mínimos históricos, provocando un escenario de sobrestock en la destilería y producción de crudo prácticamente nula.
“En cuarentena se desplomó la venta de combustibles y se redujo mucho la demanda de crudo. Eso hizo que YPF dejara de comprar petróleo a las operadoras independientes. La vuelta a la normalidad va a definir cuánto crudo que se va a demandar y a qué precio”, comentó el funcionario.
En análisis de Guiñazú se comprueba con las estadísticas publicadas por el Gobierno Nacional. De acuerdo a un estudio del Ministerio de Energía, en abril bajó 43% la cantidad de combustible vendido por parte de la estaciones de servicio de la provincia, en comparación con el mismo mes del 2019. La retracción fue del 10,2% en el gasoil común, de 54% en el gasoil premium, del 62% en la nafta súper y del 71% en la nafta premium.
En mayo, la caída se desaceleró, pero con números aun muy bajos para los estacioneros. “Continuamos en una situación crítica para todo el sector de las estaciones de servicio, siendo la mayor parte de las empresas Pymes”, declaró Gabriel Bornoroni, presidente de Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines de la República Argenta (Cecha).
De esta manera, el crudo empezó a “sobrar” en la destilería y el incentivo a la producción desapareció. De hecho, la petrolera más importante del país (YPF), redujo su ritmo de trabajo y dejó de comprar petróleo a terceros.
Al mismo tiempo, el Gobierno Nacional prohibió la actividad en los pozos petroleros. “Primero se paralizó todo y luego se permitió el mantenimiento. Recién ahora se está empezando a autorizar la perforación de pozos nuevos”, indicó el Subsecretario de Energía.
Por lo pronto, la actividad en suelo mendocino sigue siendo mínima, al menos en lo que respecta a la perforación. “En Mendoza teníamos una perforadora en la Cuenca Norte y dos en la Cuenca Sur. Cuando llegó la crisis internacional del crudo, se desactivó el equipo perforador del Norte”, explicó.
“Igualmente, el problema venía desde antes. Entramos un ciclo crítico cuando al final de la gestión anterior se congeló el precio de la nafta. Después siguieron las PASO y las elecciones generales. Desde entonces se paralizaron o se redujeron al mínimo todas las actividades de desarrollo de nuevos yacimientos en Argentina”, aseguró Guiñazú.
El yacimiento del Norte al que hizo referencia el funcionario -el primero en desactivarse- se llama Mesa Verde. Las dos perforadores restantes se encuentran en LLancanelo y Chachauen, dos zonas operadas por YPF. Ambas perforadoras se mantuvieron activas hasta el inicio de la pandemia, pero hoy están frenadas.
Poca extracción
Los puntos de extracción también están funcionando a media máquina. Emilio Guiñazú señaló que varios pozos que estaban produciendo a buen ritmo y eran rentables antes de la pandemia, hoy no están funcionando. “Para volver a ponerlos en marcha hay que invertir y todavía no hay demasiada incertidumbre”, subrayó.
Uno de los aspectos que más dudas desatan entre los empresarios tiene que ver con el precio del barril, que aun se mantiene bajo. Si bien en Argentina está en vigencia el barril criollo a U$S 45, un cambio significativo del valor del Brent en el mercado internacional podría cambiar las reglas de juego para las petroleras.
Estudios realizados por consultoras internacionales, anticipan que el parate de la actividad que produjo la combinación de cuarentena más la guerra de precios, podrían terminar derivando en una suba del precio internacional del crudo en el mediano y largo plazo. Es la producción de contrajo de forma considerable en todo el mundo.
En resumen, hoy hay poca oferta y poca demanda de crudo en el mundo, aunque ambos van en ascenso. “Si la demanda se recupera más rápido que la oferta, los precios pueden aumentar”, explicó el Subsecretario de Energía Provincial.
El desfasaje en la refinería
Para el Gobierno, lo peor de la crisis ya pasó. La refinería ha empezado a levantar su nivel de producción y, a ritmo lento, se empieza a aproximar al ritmo de actividad pre-pandemia.
“A ritmo normal, la refinería de Luján de Cuyo tiene capacidad para producir 17.000 m3 de combustible por día. Esto abarca toda la producción diaria de Mendoza (unos 11.000 m3), más una parte importante de Neuquén. No obstante, durante el aislamiento, la demanda de combustibles bajó a 5.000 m3 diarios”, señaló el representante del Gobierno Provincial.
Esa situación condujo a una situación crítica para muchas empresas. Es que de los 11.000 m3 producidos por Mendoza a diario, un 65% corresponde a YPF y el 35% restante a las operadoras independientes. Como el ritmo de trabajo cayó tanto durante la cuarentena, la refinería se limitó a procesar la producción propia de YPF y dejó de comprar el crudo extraído por otras compañías.
“No solo no había necesidad de comprar a otras empresas, sino que no había lugar donde guardar el crudo, porque los tanques de la refinería estaban llenos por el sobrestock”, explicaron fuentes del sector. La refinería se encuentra aún muy lejos de volver a la producción diaria habitual, pero según indicaron especialistas petroleros, es un hecho que en Julio YPF volverá a comprar crudo a terceros.
De todas formas, el futuro de la actividad sigue atado al avance de la pandemia, las repercusiones a nivel mundial y las medidas que tome el Gobierno para frenar los contagios. Solo un escenario de absoluta certidumbre podría conducir al sector petrolero de Mendoza hacia la recuperación definitiva.
Fuente: Los andes