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La negociación de los contratos con los proveedores comenzará en julio, pero ya fue adelantada por Sergio Affronti, CEO de la empresa. La discusión de fondo con los contratistas. El plan de YPF para defender su caja, que se vio seriamente afectada por la pandemia.

YPF enfrenta meses definitorios al igual que las grandes petroleras del planeta. Para capear los efectos destructivos del Covid-19, la petrolera controlada por el Estado pretende recortar un 30% los costos de los servicios petroleros. La negociación con sus cientos de contratistas comenzará en julio, pero ya fue adelantada por el CEO de la empresa, Sergio Affronti, en distintas reuniones que mantuvo por teleconferencia con referentes políticos de las provincias petroleras y representantes de proveedores de servicios.

Desde que se desató la pandemia, YPF implementó una agresiva política con sus contratistas. Se resguardó en la crisis sanitaria y apeló a la cláusula de fuerza mayor —que está prevista en los contratos— para desconocer legalmente sus obligaciones con las empresas de servicio. Fue la primera petrolera que lo hizo. Luego se sumaron otras como Tecpetrol. La mayoría de las operadoras no recurrió aún a esa vía y mantiene una relación menos conflictiva con sus proveedores.

YPF se vio obligada a tensar la cuerda porque su caja se deterioró por la caída de la venta de combustibles. Hoy es inferior a los US$ 700 millones. Los ingresos de la compañía —el mayor jugador del mercado, con una participación del 60%— cayeron en abril casi un 50% con relación a febrero, el último que se completó sin impacto del Covid-19.

En ese escenario restrictivo, YPF sólo certificó servicios en abril por US$ 90 millones. A su vez, compró materiales por US$ 20 millones, un cuarto de los US$ 82 millones mensuales que promedio entre enero y marzo de 2020. En total, la empresa sólo gastó en abril US$ 110 millones (sumando certificación de servicios y adquisición de insumos) contra los US$ 450 millones por mes que venía gastando en el escenario Pre-Covid 19. Son datos que la compañía difundió a funcionarios provinciales, según reconstruyó EconoJournal a partir de fuentes gubernamentales.

Tensión

Ese mar de fondo explica la tensión con los contratistas que se vivió en las últimas semanas. El epicentro de ese conflicto está en Neuquén, donde la federación que nuclea a las PyMEs de la provincia directamente advirtió que no podrá completar el pago de los salarios de junio que deben abonarse esta semana. Con menos estridencia, la situación se repite en todas las provincias petroleras y también los complejos de refinación. Por caso, son varias las empresas contratistas de la refinería de La Plata que atraviesan series dificultades.

Para cobrar por los trabajos realizados, las empresas contratistas de YPF deben primero certificar esas tareas (con alguno de los cientos de supervisores encargados de validar las operaciones), conseguir los Habilitas (el documento interno que aprueba el proceso) y recién ahí se emite la orden de compra para que los proveedores facturen y cobren sus trabajos. Cuando se desató la pandemia, YPF cerró por unos días el sistema para certificar tareas. Lo reabrió cuando se dio a conocer el acuerdo con los sindicatos petroleros, que definió que los operarios que no están prestando de servicios debían cobrar en mayo y junio un ingreso no remunerativo equivalente al 60% del salario de bolsillo percibido en febrero.

  • Ahí surge la primera dificultad: ¿cómo se calcula la remuneración que deben percibir las empresas contratistas que no prestaron servicios en abril por estar en cuarentena?

YPF definió diferentes criterios de pago en función de cada rubro de servicios. Pero para cumplimentar con el acuerdo con los gremios, se comprometió a reconocer —al igual que el resto de las petroleras— el costo de la mano de obra. Eso no sucedió.

A la gran mayoría de los contratisas de YPF, el dinero abonado por la petrolera no les alcanzó para cubrir los salarios de su personal. De ahí el malestar de los proveedores, en especial de las PyMEs.

  • ¿Cuánto pagó YPF?

Primero una salvedad: como apeló a la cláusula de fuerza mayor, la empresa giró el dinero a sus contratistas en concepto de préstamo. Es decir, no les pagó a los proveedores por los trabajos prestados, sino que lo transfirió como un ‘crédito’. Seguramente dentro de algunos meses, cuando se renegocien los contratos y se discuta la deuda con cada contratista, la compañía introducirá el tema en la discusión.

Dos cuestiones:

  1. A las empresas que no están prestando servicios, no les reconoció el dinero suficiente para pagar el salario no remunerativa equivalente al 60% del sueldo de febrero, tal como se desprendía del acuerdo.
  2. Lo curioso es que tampoco certificó el pago a las empresas contratistas que sí prestaron servicios por estar afectadas a las guardias mínimas de los yacimientos. Son servicios ligados a la producción que no se interrumpieron. Esas empresas, que prestaron un servicio esencial, tampoco cobraron lo establecido en los contratos. La empresa volvió a apelar a la fuerza mayor (la pandemia) para pagar en los mismos términos que a los proveedores que no trabajaron.

Conducción

La estrategia de YPF es agresiva pero surje de un diagnóstico preciso. Affronti entendió muy rápido que tenía que operar sobre los costos porque la finanzas de la empresa son delicadas. Hubiese sido más sencillo patear para adelante la decisión. De hecho, en marzo, ya con la expansión del Covid-19 al tope de agenda, la gestión que en ese momento encabezaba el ex CEO Daniel González aprobó el pago de los bonos anuales a sus directivos. Muchos —incluso varios vicepresidentes que cobraron cifras millonarias— ya no forman parte del staff. Probablemente, si Affronti hubiese estado en funciones, ese pago excepcional no se habría concretado.

Affronti se involucró directamente en la negociación con las empresas de servicios, que cuentan con el paraguas político de los gobernadores petroleros. Algunos mandatarios incluso participaron de las videoconferencias con los ejecutivos de YPF. Durante los últimos encuentros virtuales entre las partes se produjeron contrapuntos.

Las representantes privados sostienen que si YPF no libera los pagos, decenas de PyMEs están al borde de la quiebra. Es la realidad de firmas de Neuquén, pero también de Chubut, Santa Cruz y Mendoza. Affronti está al tanto del escenario pero responde, con aplomo, que la petrolera tampoco tiene margen porque sus números no cierran.

Los privados reconocen que el nuevo CEO se apersona él mismo en las reuniones. Está acompañado por Carlos Alfonsi, un histórico que en la última reestructuración (a principios de mayo) asumió como vicepresidente de Servicios, y de Fernando Giliberti, director de Supply Chain, que es quien cranea la estrategia. Afronti sabe que más allá del planeamiento teórico de Giliberti, que se siente cómodo en el campo de la estrategia pero no tanto en el de la ejecución, deberá aceitar las redes políticas y territoriales para llevar adelante su plan de readecuación del costo de los servicios petroleros.

Mano de obra

YPF se comprometió la semana pasada a completar el pago del costo de mano de obra de sus contratistas. Es el dinero para cubrir los salarios de mayo que los proveedores pagaron a sus empleados. “La compañía está haciendo un esfuerzo extraordinario en este momento particular del mundo y de nuestro industria en general para cumplir con nuestros compromisos, incluso cuando en muchos casos no hubo contraprestación. YPF nunca incumplió, lo que estamos haciendo es tratando de tener un diálogo sincero, maduro e inteligente”, indicaron allegados a la petrolera. Representantes de las empresas de servicio defienden otra versión.

  • ¿Cuál es esa diferencia?

Fuentes de las empresas de servicios consultadas por este medio sostienen que, con relación a lo abonado en febrero (el último mes ‘normal’ antes de la pandemia), YPF pagó a sus contratistas menos de un 30% de esa cifra. En algunos casos, incluso menos del 25 por ciento medido en términos netos. YPF sostiene que cubrió un 50% de los costos, pero las empresas de servicios discuten esos números.

Para ser gráficos. A modo de ejemplo, si en febrero cobramos 100 pesos, en abril cobramos 30 o menos. Es verdad que no prestamos servicios, por lo que hubo gastos que no existieron, como alquileres, combustibles, otros vinculados a logística, pero lo cierto es que lo que nos pagó YPF no alcanzó para cubrir los sueldos”, explicaron desde una empresa de servicios de Neuquén.

  • ¿A qué aspiran las contratistas?

A que la petrolera bajo control estatal reconozca un 50% de los costos de los servicios contemplando una parte del overhead (estructura administrativa, de planeamiento y gerencial) sin contar amortizaciones ni otros costos no erogables. No pretendemos cobrar el porcentaje de mark-up (margen). Somos solidarios en esta crisis. Pero aún tenemos que negociar varios puntos. Por ejemplo, quién cubre el costo impositivo. Porque si YPF quiere que le facturemos eso acarrea un costo por impuestos que las empresas no podemos cubrir”, explicaron desde otra empresa.

Para esta semana se esperan definiciones. El martes o miércoles, Alfonsi —que también está al frente de Relaciones Laborales— retomará la discusión con los gremios para ver cómo continuar el acuerdo salarial y definir cómo se pagaron los sueldos de julio.

 

 

Fuente: Econojournal