Luego de desplomarse un 25% el lunes, el barril de WTI volvió a registrar pérdidas este martes y cerró en u$s12,34 ya que se aguarda que el almacenamiento de barriles en tierra supere el máximo de 2017.
“La destrucción de la demanda se ha estabilizado en Estados Unidos, pero los recortes en la producción apenas han comenzado”, dijo Phil Flynn, analista senior de Price Futures Group.
Se espera que los inventarios de crudo de Estados Unidos hayan aumentado casi 11 millones de barriles la semana pasada, su decimocuarto incremento semanal, mientras que las existencias de productos refinados probablemente también habrían subido, según analistas.
En la semana anterior, los inventarios de crudo habían subido 15 millones de barriles a 518,6 millones de barriles, colocándolos muy cerca del récord histórico de 535 millones de barriles de 2017.
Paralelamente, el almacenamiento en tierra se estimaba lleno en un 85% ya la semana pasada, según datos de la consultora Kpler.
En una señal de desesperación por la falta de lugar, comerciantes de petróleo están recurriendo a la contratación de embarcaciones caras en Estados Unidos para almacenar gasolina o enviar combustible al extranjero, dijeron fuentes.
Por su parte, el barril del Brent, que cotiza en Londres, subió 47 centavos, o un 2,3%, a u$s20,46, luego de perder un 6,8% el lunes.
Los precios del petróleo vienen de perder un tercio de su valor en el primer trimestre de 2020 y, apenas en marzo, cayeron un 55%.
A pesar de los recortes en los suministros acordados en la reunión entre OPEP y sus aliados liderados por Rusia, el mercado siguió marcado por una profunda inestabilidad al punto de que la semana pasada el WTI llegó a cerrar en valor negativo un día antes del vencimiento del contrato para entrega en mayo.
Frente a reservas de crudo colapsadas, la recuperación de la demanda es la principal esperanza para el repunte de los precios.
Fuente: Ambito