Hace 10 días, las empresas le acercaron al gobierno de manera confidencial una alternativa para que el precio local converja con la paridad de importación en un plazo de 90 días, pero les respondieron que por ahora no habrá cambios.
El presidente Alberto Fernández recibió a las petroleras el 16 de enero en la Casa Rosada. Fue después de haber reconocido públicamente que le había dado instrucciones a YPF para que no aumentara los combustibles. En aquel encuentro el mandatario les pidió a los principales referentes de la industria que elaboraran una “propuesta razonable” para ir recomponiendo los precios. Hace 10 días, las empresas finalmente le acercaron al gobierno de manera confidencial un alternativa para que el precio local converja con la paridad de importación en un plazo de 90 días, pero la idea fue rechazada por el Ejecutivo.
Lo que le habían propuesto era aumentar 6% en febrero, 4% en marzo y 2% en abril. El atraso en los surtidores al momento de presentar el sendero rondaba el 12%. Por eso, con esas tres correcciones graduales, las empresas preveían alcanzar la paridad de importación, pero el gobierno dejó les dejó en claro que por ahora no va a autorizar un ajuste. “La intención era mostrar una curva decreciente que acompañe una inflación a la baja, tal como pretende el gobierno”, explicó un alto ejecutivo que estuvo al tanto de las gestiones con la Casa Rosada.
La información fue confirmada a EconoJournal por tres fuentes de grandes petroleras. Los privados advierten que es necesario mover las pizarras en las estaciones de servicio, en parte para recomponer el importe de los biocombustibles, actualizar el componente impositivo (la semana pasada el gobierno volvió a postergar la suba del ICL) y para cubrir la inflación de los costos locales.
Pese a eso, allegados a la Cámara Argentina de la Energía (CADE), la entidad creada en el último año que nuclea a las grandes petroleras del país, negaron que esa entidad le haya elevado alguna propuesta al Poder Ejecutivo e incluso dejaron entrever que, frente al actual contexto de volatilidad del precio internacional del barril, habrá que esperar hasta abril para que haya margen político para aumentar los precios. La Cámara está integrada por YPF, la petrolera controlada por el gobierno, Pan American Energy (PAE), Total, Chevron, Exxon, Raizen, Pluspetrol, Shell, Trafigura (PUMA) y recientemente se sumó la china Sinopec.
Cambio de escenario
Luego de que el gobierno rechaza la suba propuesta por las petroleras, la expansión del coronavirus impactó de lleno en la cotización del crudo disminuyendo la presión por un aumento, pero desde una gran empresa relativizaron esa situación. “Los precios del combustible se mueven por el promedio del mes y el promedio de enero fue de 63 dólares por barril y no 56 dólares como está hoy”, aseguraron.
Además, remarcaron que otra evidencia del atraso es la decisión de los productores de biodiesel de retacear su producción. De hecho, hoy las refinadoras (YPF, Axion Raízen y Puma) están vendiendo gasoil con 1% de biodisel (B1) en lugar de respetar el cupo del 10% (B10) que marca la regulación actual. Los aceiteros se niegan a entregar el biocombustible al precio fijado por la Secretaría de Energía que, a entender de las empresas, no es suficiente para cubrir los costos de producción.
Otro factor que hace prever una mayor presión en el precio es la decisión que podría tomar la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) de recortar la producción para adecuar el suministro a la menor demanda china y de ese modo revertir la caída del precio. El Comité Técnico del organismo podría realizar un anuncio antes del fin de semana en ese sentido, situación que llevó a que este miércoles el crudo comenzará a revertir levemente su caída posicionándose por encima de los 56 dólares, con una suba del 3% en el día de ayer.
Fuente: Econojournal