Según precisaron los productores vinculados en la Liga Bioneregética, la situación que atraviesa el sector es “gravísima”. Además, advirtieron que en los últimos 10 años esta industria permitió evitar importaciones por 27 mil millones de dólares.
Los productores de biocombustibles aseguran que la industria atraviesa una situación “gravísima” en la cual peligran los puestos de trabajo de 10 mil personas de diez diferentes provincias donde se generan ingresos a partir de la industrialización de producción primaria.
Así fue el planteo realizado por los productores vinculados en la Liga Bionergética, que además indicaron que durante la última década el sector permitió evitar importaciones por más de 27 mil millones de dólares, al rechazar la posibilidad que atribuyen a las petroleras de reducir el corte de las nafatas y el diésel, lo que agravaría la caída de producción del sector que opera a la mitad de su capacidad.
“La industria de los biocombustibles no está subsidiada, al contrario de otras industrias que necesitan que les garanticen mejores precios que los fijados internacionalmente para hacer inversiones en Argentina”, expresó la entidad al resaltar que la actividad “evitó importaciones por más de u$s 27.000 millones en el período 2010–2019“.
En tal sentido, los productores plantean que “volver al sistema de exportación primaria del poroto de soja o grano de maíz, además de ser anacrónico, constituye desconocer la importancia del agregado de valor en origen, ya que el país posee el complejo agroexportador más grande y eficiente del mundo que debe ser aprovechado con un desarrollo industrial que aumente los empleos calificados y las inversiones”.
Según consigna Télam, ante la pretensión de la petroleras de reducir los cortes vigentes del 12% para las naftas y del 10% para el diesel, la Liga Bionergética aseguró que “no se pretende reemplazar” al gas oil o las naftas, sino “complementar” la matriz energética, mediante el aporte de “un combustible de origen vegetal, renovable, menos contaminante y de producción nacional”.
El sector petrolero está también pendiente de un posible incremento del valor de los biocombustibles, el único que es regulado por el estado en la canasta de costos de los combustibles, en momentos en que hay una decisión de sostener el precio en surtidores para evitar su impacto inflacionario.
El sector, además, se enfrenta al debate sobre la conveniencia de prorrogar el régimen vigente desde hace más de 10 años para los biocombustibles, y que permitió su desarrollo a través de 54 plantas situadas en 10 provincias (Santa Fe, Buenos Aires, Entre Ríos, La Pampa, San Luis, Santiago del Estero, Córdoba, Tucumán, Jujuy y Salta), y genera más de 60.000 fuentes de trabajo, directas e indirectas.
El sector también da origen o potencia el desarrollo de otras industrias como productores cañeros, complejo aceitero y pequeñas aceiteras a prensa, empresas de transportes, industria metal-mecánica, y el desarrollo de nuevas aplicaciones tecnológicas al servicio del sector.
Los biocombustibles constituyen el último eslabón en la cadena de agregado de valor de la soja, maíz y azúcar, y en el caso del bioetanol y el biodiesel pyme, el 100% de su capacidad de producción se destina al mercado interno.
La capacidad instalada de biodiesel en nuestro país es superior a 4.5 millones de toneladas anuales, y más del 50% se encuentra hoy ociosa.
Fuente: MDZ