Para que se verifique un cambio positivo en la conducción de la empresa respecto de la nefasta herencia macrista, deberá hacerse mucho. No puede haber ni habrá una recuperación plena de la energética de bandera sin la profundización de su protagonismo en Vaca Muerta.
Sustitución de pelotas importadas por locales para la campaña “Llega el verano, llega la pelota de YPF”.
Celebramos la sustitución de pelotas importadas por locales para la campaña “Llega el verano, llega la pelota de YPF”. Ahora bien, para que efectivamente se verifique un cambio positivo en la conducción de la empresa respecto de la nefasta herencia macrista, deberá hacerse muchísimo más. En efecto, y como señalamos en nuestra nota publicada el 13 de diciembre pasado y titulada “Día del Petróleo y la segunda renacionalización de YPF”, no puede haber ni habrá una recuperación plena de la energética de bandera sin la profundización de su protagonismo en Vaca Muerta, por un lado, y la recuperación de las inversiones en las cuencas más allá de la Neuquina y en las provincias productoras (con eje en avanzada exploratoria), por el otro. Ojalá estos anuncios no tarden en caer, porque la situación es terminal, no ya para las PyMEs de pelotas de futbol, sino para las provincias productoras de hidrocarburos (exceptuando Neuquén). Debajo, una síntesis actualizada al mes de noviembre de 2019 de YPF por cuenca y jurisdicción.
Petróleo
La producción de crudo de la estatal (incluyendo todas sus subsidiarias), creció 2,7% en 2018, recuperándose del desplome de 2017 (-5,1%). Respecto de 2015, el año pasado terminó 1,4% por debajo. En el acumulado a noviembre de 2019, la producción aumentó 2,3%, registrando una leve desaceleración sobre el 2,7% del año pasado. En relación a 2015, se ubicó un magro 1% arriba.
En el acumulado a noviembre de 2019, la producción aumentó solamente en la Cuenca Neuquina (ver tabla). Comparando con 2015, la única cuenca que creció es esta última, registrándose drásticos retrocesos en las restantes, destacándose lo ocurrido con la Cuenca del Golfo San Jorge. En este caso, el desplome es del 15%, con una producción reducida en 137.065 m3 (862.137 barriles menos).
Por otra parte, y a pesar de la recuperación en la producción de la estatal registrada a partir de 2018, salvo en la Neuquina, en ninguna otra cuenca consiguió mejorar su performance en 2019. Por el contrario, empeoró casi drásticamente en todas. En este sentido, agregar que la mejora en la Neuquina se basa exclusivamente en el shale oil de los bloques Loma Campana, La Amarga Chica y Bandurria Sur, los tres heredados del gobierno kirchnerista y de la estratégica decisión de renacionalizar la empresa en 2012.
Por provincia algo similar: Neuquén creciendo en solitario. Las provincias de Río Negro y Tierra del Fuego con fuertes desplomes; Mendoza cayendo marcadamente y Santa Cruz también. Respecto de 2015, las diferencias se profundizan. En términos de volumen, la peor retracción sobre el último año del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner se verifica en Santa Cruz, con 698.048 m3 menos (4,4 millones de barriles menos).
Gas natural
La producción de gas de la estatal (incluyendo todas sus subsidiarias), cayó 3,9% en 2018, contra una expansión del 6% en 2017. En el acumulado a noviembre de 2019, la producción registró un desplome histórico del 9,1%. Tan grave es la magnitud de la caída que YPF produjo en los once meses del último año de gestión macrista menos gas que en 2015, mismo período.
La producción de YPF en el acumulado a noviembre de 2019 se vino abajo en todo el país de forma dramática (el aporte de la Cuenca Cuyana, que aumentó 1,7%, es despreciable). En relación a 2015, la única cuenca que creció es la Neuquina, con drásticos retrocesos en las demás, destacándose lo ocurrido con las cuencas del Golfo San Jorge y Austral con -27% y -40%, respectivamente.
A nivel provincial peor, ya que no hubo provincia que no se salvara del pésimo desempeño, siquiera Neuquén. Respecto de 2015, la producción creció en Río Negro, Neuquén y Chubut (esta última en cantidades despreciables). Cabe aclarar que, en la segunda, buena parte sino todo de dicha mejora obedece a los mega yacimientos Río Neuquén y Aguada de la Arena (ex Pampa Energía) adquiridos por la estatal en noviembre de 2016.
Conclusión
En materia petrolera, YPF S.A. exhibió al 30 de noviembre de 2019 un pésimo comportamiento en todas las cuencas más allá de la Neuquina y en todas las provincias con excepción de Neuquén. Las fuertes caídas en Santa Cruz y Mendoza (segunda y tercera provincia petrolera para la estatal) son alarmantes y deberán ser urgentemente revertidas.
En cuanto al gas, YPF reveló, también al 30 de noviembre de 2019, un penoso comportamiento en todas las provincias y en todas las cuencas (excepción de la Cuyana que, como dijimos, carece de toda importancia). La drástica caída en Neuquén se deriva de la decisión de la administración Macri, que ha priorizado el mega yacimiento Fortín de Piedra (Vaca Muerta) de Tecpetrol en el abastecimiento interno. En el resto de las provincias, la igualmente drástica caída obedece a la gestión neoliberal de Miguel Gutiérrez, presidente de YPF durante el mandato Cambiemos, que sin decirlo declaró inviables a todas las jurisdicciones productoras más allá de Vaca Muerta.
Transcurridos cuatro años de mandato neoliberal, YPF S.A. se despide produciendo menos gas que en 2015 y un 1% más de crudo, pero gracias a los proyectos heredados de la renacionalización. Su retroceso por cuenca y provincia es casi generalizado, así como de pavorosas dimensiones.
Sin un desarrollo equitativo y federal, que recupere las inversiones en las cuencas más allá de la Neuquina y en las provincias productoras con eje en avanzada exploratoria, volviéndose a aquellos plays -sobre todo los convencionales maduros- que no solo aporten volumen sino también reposición de reservas, YPF seguirá su lento y penoso divorcio de las necesidades de una Argentina socialmente inclusiva y económicamente autosuficiente. Y no le quedará centavo con el que salvar una sola pelota argentina.
Fuente: Ambito