Es un descubrimiento importante porque abre la expectativa para encontrar nuevos yacimientos de dicho tamaño en áreas prospectivas con amplio potencial en otras zonas. Sin embargo, no es todavía significativo
El recién descubierto campo petrolero Quesqui 1, en Tabasco, no es tan grande ni tendrá un impacto determinante en las finanzas públicas, como fue anunciado por el presidente Andrés Manuel López Obrador el pasado 6 de diciembre, según analistas consultados por el portal de la alemana Deutsche Welle.
El mandatario mexicano anunció el yacimiento gigante de 500 millones de barriles de petrróleo crudo equivalente de categoría 3P y confirmó una reserva adicional de otros 200 millones de barriles, el mayor en las últimas tres décadas que, según el proyecto del gobierno, brindará presupuesto para la industria nacional, rescatar el campo y para el bienestar del pueblo.
“Es un descubrimiento importante porque abre las expectativa para hallar nuevos yacimientos de dicho tamaño en áreas prospectivas con amplio potencial en otras zonas. Sin embargo, no es todavía significativo”, aseguró a DW el consultor en energía, Luis Miguel Labardini, en referencia a que en su máxima productividad se extraerán de ese yacimiento unos 69,000 barriles al día en un comienzo, aún muy alejados de la cifra de alrededor de un millón de barriles adicionales que se necesitan para alcanzar los 2.4 millones diarios que fijó el presidente López Obrador como meta para el final de su mandato. “Harían falta dos descubrimientos de esta magnitud al año para lograrlo, según el experto.
Por su parte, David Shields, investigador en industria petrolera, dijo que históricamente los presidentes han exagerado a la hora de anunciar estos descubrimientos. En el caso de Quesqui, en fase exploratoria, que a veces no han dado los resultados esperados. Además “hay una presión de las calificadoras al gobierno en materia de petróleo, porque las reservas están bajas”. Por eso, esta noticia al menos puede servir para mejorar la perspectiva crediticia a corto plazo y mejorar la imagen de Pemex como productor sólido y operativo, consideró.
Labardini señaló que el presidente López Obrador aprovechó la ocasión para destacar que Pemex había logrado frenar una caída de 14 años en su producción. “Esta mejora en el rendimiento tiene que ver con el aumento de compromiso de los trabajadores, tanto por una acertada estrategia reciente como por la confianza y esfuerzos del mandatario para sanear su situación. Esto ha permitido que se aumenten de 12 a 40 los taladros en funcionamiento”.
El gobierno mexicano aumentó el presupuesto en 2019 y para el próximo año, Pemex será su estandarte en materia económica, prioridad para el presidente que aumentará un 8,8% en términos reales los recursos para la empresa estatal hasta los 523,000,000 de pesos (alrededor de USD 26,000,000 para 2020).
En los últimos años, Pemex ha perdido su relevancia en el panorama petrolero. Por ello, ambos expertos coinciden en que el descubrimiento de Quesqui no tendrá ningún impacto relevante en el mercado internacional y mucho menos en los precios.
Para las finanzas mexicanas podría significar un respiro a la apuesta económica del presidente López Obrador y aliviar a corto plazo las cuentas de Pemex. Sin embargo, tampoco será determinante para cambiar la tendencia regresiva de los últimos años que han provocado el decrecimiento del 0.1 por ciento de la economía nacional en el primer semestre de este año, para la cual se proyecta un estancamiento a finales de este 2019.
Por otro lado, “la dependencia de la renta petrolera puede comportar ciertos riesgos. Sin esfuerzos complementarios en otras áreas económicas, el sector no genera empleos de valor agregado ni desarrollo a largo plazo, sostuvo en entrevista con DW, Guillermo Cejudo, del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE).
A pesar de esto, para Shields, este presupuesto sigue siendo insuficiente y errático: “los planes de Pemex son cortoplacistas, centrados en pequeñas explotaciones y lejos de los presupuestos que se manejaban en otra época”.
Como por ejemplo, señala la refinería de Dos Bocas, uno de los principales megaprotectos en infraestructura del gobierno de López Obrador. “En el Golfo de México ya hay suficientes refinerías y normalmente se construyen refinerías para aumentar la producción, no antes. Además, esta de Dos Bocas está pensada para la producción de crudo pesado, cuando éste está disminuyendo en México y la perspectiva es que se encuentre petróleo ligero”.
Fuente: Infobae