Soy asesor técnico en Agroestudio Viento Sur SRL, desde donde estamos impulsando el uso de las aplicaciones dirigidas para aplicar los herbicidas solamente donde están las malezas y no en el resto del lote. Este año comenzamos a trabajar con aplicaciones dirigidas en la zona de Necochea, formamos un grupo de intercambio con algunos usuarios de Weed It del centro-sur de la Argentina (centro de Córdoba, sur de Santa Fe, oeste, sudoeste y sudeste de Buenos Aires), y realizamos relevamientos de información de estos usuarios.
La información recabada y analizada es mucha y contundente. El momento de las aplicaciones dirigidas es aquí y ahora. En la mayoría de las zonas y situaciones productivas se justifica equipar los pulverizadores terrestres con esta tecnología, sea porque el problema de malezas ya ha aumentado lo necesario o porque esto sucederá en los próximos dos años. La situación de malezas varía según zonas y productor, pero las principales malezas son yuyo colorado, rama negra, crucíferas, raigrás y gramíneas de verano, las cuales han impulsado un aumento del costo de herbicidas por un mayor uso y el uso de productos específicos para cada maleza.
En el caso de los herbicidas postemergentes de la maleza en barbechos hemos llegado a un costo promedio de 60 US$/ha/año, los cuales van desde 25 a 150, con la mayor cantidad de situaciones entre 40 y 60 US$/ha/año.
Dentro de este contexto, el uso de aplicaciones dirigidas es de un promedio de dos aplicaciones por año, en los cuales se logra un ahorro del 62% de los costos (del 50 al 75%), lo cual represento 40 US$/ha/año en estos casos (de 15 a 75 US$/ha/año).
Estos números llevan a que, según cada caso (hectáreas trabajadas, problema de malezas, ancho de botalón a equipar) la inversión se recupera con el ahorro en herbicidas de los primeros años de uso.
Cada productor, cada brindador de servicio de pulverización tendrá que analizar su realidad y tomar la mejor decisión para su caso, qué tecnología adoptar, qué ancho de botalón equipar, etc, y teniendo en cuenta que cada sistema de aplicación dirigida tiene diferentes características, como el ahorro en función del ancho de aplicación por pico, la eficacia de trabajo y la simplicidad por bajo requerimiento de calibración, entre otros.
Lo más disruptivo que está generando esta tecnología es que todos comenzamos hablando de los costos y el recupero de la inversión y terminamos hablando del mejor manejo de malezas que se logra y el menor impacto ambiental de los sistemas (medido con el índice EIQ).
¿Por qué sucede esto? Porque la tecnología se paga sola y uno comienza a ver los beneficios de base que en realidad tiene. Estamos volviendo a lograr controlar las malezas en sistemas que se estaban volviendo inviable, utilizando la dosis de herbicidas adecuada para cada situación.
Productos que eran prohibitivos por su costo hoy se pueden utilizar, y la posibilidad de trabajar en el estadío de la maleza en la que es más susceptible (más chicas), no teniendo que esperar a que “nazcan más malezas” para justificar el costo de la aplicación, ya que vamos a aplicar solamente donde están las malezas.
En relación al impacto ambiental, estamos logrando bajar el impacto de cada aplicación en un 70%, o sea lo que antes tenía un impacto de 100 en el ambiente, el operario y el consumidor, hoy tiene un impacto de 30 (en valores relativos).
Estamos hablando de una tecnología que está disponible y que nos brinda gran cantidad de beneficios, menor costo en control de malezas, menor impacto ambiental, mejor control de malezas, entre otros.
Es la tecnología que en el corto plazo nos puede ayudar a bajar los costos de herbicidas a menos de la mitad de lo que tenemos hoy. Las aplicaciones dirigidas también son la puerta de entrada para nuevos (y no tan nuevos) métodos de control que están llegando al campo.
La evolución al concepto de “control dirigido” está cerca y es la adaptación de estas tecnologías alternativas como labranzas, vapor, láser, temperatura, fuego, electricidad y muchas otras al uso de forma dirigida.
La ola del control dirigido está acá, y está rompiendo paradigmas. No podemos volver a pensar en el uso de una tecnología en todo el lote (cobertura total) para controlar un problema que ocupa el 1, el 5, el 10 o el 30% de la superficie del mismo. Gracias a los productores del Grupo de Aplicaciones Dirigidas Centro-Sur , colegas y empresas que están haciendo crecer la “ola de las aplicaciones dirigidas”.