Críticas de expertos al proyecto de “blindaje”
La necesidad de Alberto Fernández de generar divisas durante su mandato para poder hacer frente al pago de la deuda y la reactivación de la economía puso el foco sobre el desarrollo de Vaca Muerta, la formación neuquina que gracias a la explotación del shale logró revertir el déficit energético.
La circulación de un borrador de un proyecto de ley que impulsaría Guillermo Nielsen con beneficios fiscales y cambiarios para favorecer a las empresas que operan en esa cuenca, en una suerte de “blindaje”, despertó expectativas en el sector, que de acuerdo proyecciones de la consultora Analytica podría llegar a exportar entre petróleo y gas US$16.854 millones en el 2030 frente a los US$1.476 millones actuales, siempre en un escenario en el que no se implemente un “precio límite”. En ese caso, las divisas generadas alcanzaría unos mucho más modestos US$6.114 millones.
Sin embargo, expertos consultados por BAE Negocios cuestionaron tanto la supuesta iniciativa del ex secretario de Finanzas como el trabajo elaborado por la firma, al que consideraron “wishfull thinking” y exagerado en sus pronósticos.
Es que según el economista Rodrigo Álvarez, la inversión acumulada llegaría a fin de año a US$39.800 millones, lo que implicaría un incremento anual de US$5.300 millones respecto al flujo observado hasta 2018.
En diálogo con este medio, una fuente del sector desestimó la cifra y habló de US$3.000 millones de inversión en 2019 y US$5.000 millones en 2020, en una estimación optimista. Y vinculó la circulación del informe a la presión de las petroleras para aprobar un régimen impositivo especial para Vaca Muerta como el que habría redactado Nielsen.
Otro conocedor de la política tarifaria cuestionó que pueda llegar a plantearse “un festival de subsidios”, que podría derivar en una “transferencia innecesaria de riqueza” a Neuquén, que de esta forma se transformaría en una suerte de “economía de enclave”.
La presentación de Analytica sobre Vaca Muerta muestra que en 2030 la formación dejaría un saldo comercial de US$12.238 millones si se descuentan las importaciones y de US$9.790 millones si se tiene en cuenta los dólares que se irán por la cuenta financiera.
Para la consultora, dentro de diez años la producción de shale oil y shale gas alcanzará los US$32.500 millones frente a los US$4.000 millones actuales, siempre y cuando haya “un vector de precios relativos razonable”, caso contrario el volumen medido en moneda dura sería de US$11.300 millones. Es decir, en vez de multiplicarse por 8, “sólo” se triplicaría.
Expertos consideraron estas cifras como “wishfull thinking”, es decir, una expresión de deseos “como los de Arriazu”, otro consultor que suele pecar de optimista a la hora de estimar el impacto que puede tener el shale en la macroeconomía argentina.
Desconfianza inversora
En ese sentido, Álvarez sostuvo que en un escenario de “wait and see” habrá “desconfianza inversora” en 2020, pero se retomarán las tasas de crecimiento de la inversión en 2021. Por su parte, si se aplica una política de mayor intervención sobre los precios habrá “un límite a la rentabilidad” de las compañías de petróleo y gas que se verá reflejado en los precios.
El “peor escenario” para Neuquén sería un crecimiento del 34% de su producto para 2030, mayor al 16% que tendría la Argentina si se tiene en cuenta el promedio entre 1980 y 2019. En el mejor, la provincia multiplicará su economía por tres.
Asimismo, Álvarez consideró que “con el congelamiento de precios se genera un buen punto de entrada” y que en 2019 el país logrará el autoabastecimiento energético y el equilibrio en el balance cambiario del sector.
En otro orden, en el trabajo también se advierte por los cuellos de botella en el transporte y la exportación para el petróleo y el gas, respectivamente, ya que la producción ya estaría por alcanzar el máximo de capacidad y disponibilidad para el lapso 2020-2023.
Fuente: Baenegocios