La producción está paralizada. Cerca de 2.000 trabajadores no tienen tareas. Incertidumbre para 2020.
Nadie duda que a la formación Vaca Muerta le espera un futuro venturoso en el largo plazo. Sin embargo, para llegar a cierta reactivación de la industria energética, habrá que esperar meses y quizás un año. Aún si hubiera una ley con condiciones especiales para el sector -como menea el equipo presidente electo, Alberto Fernández-, los consultores ven varios meses difíciles por delante.
Desde las primarias, cerca de 2.000 trabajadores fueron suspendidos o desvinculados de proyectos en Vaca Muerta. Esto coincide con el resultado de las elecciones primarias. Después de eso, el riesgo-país se disparó de 800 puntos básicos a más de 2.000 puntos básicos. Eso cortó la posibilidad de financiamiento para pymes que trabajan para contratistas y operadoras de Vaca Muerta.
“La principal señal que necesitan conocer los inversores es el precio”, destaca Rodrigo Alvarez, presidente de Analytica, que presentó un trabajo sobre Vaca Muerta. Considera que el sector tiene potencial para atraer US$ 27.000 millones en los próximos 4 años. “Es más que cualquier otra industria”, agrega.
El próximo Gobierno dice tener un proyecto para blindar las inversiones en Vaca Muerta. Mientras tanto, al sector le esperan meses ásperos.
“Se prevé una desaceleración importante de actividad en los próximos dos a tres meses, con posibles despidos y suspensiones, en especial en cuenca neuquina”, considera un consultor del sector, que pidió no ser identificado.
Alvarez supone que la actividad se recuperará, pero cerca de 2021. “El año que viene (2020) será de transición y dar señales correctas”, destaca. “Sin arreglo por el tema de la deuda (soberana), no habrá inversión extranjera directa. Y la única forma de lograr desembolsos por entre US$ 5.000 millones y US$ 10.000 millones anuales, es con capital extranjero“, detalla.
“Hay un daño importante por la indefinición, que me parece que no está siendo considerado”, observa otro consultor de empresas.
“El sector reacciona rápido cuando hay señales de precios. Cuando el Gobierno puso incentivos al gas, se disparó la producción (en Fortín de Piedra). Lo mismo pasó en petróleo”. Allí, la reacción habría sido consecuencia de la decisión del actual Gobierno de permitir precios libres. Esa postura se modificó tras las elecciones primarias.
Los ciclos energéticos tienen sus particularidades. Los petroleros hunden dinero y esperan resultados. Aunque los estímulos a la producción de gas se recortaron en febrero, la tendencia positiva que ya venía de antes alcanzará para que este año la producción aumente. Lo mismo sucederá con petróleo: los costos de producción bajaron, se logró mayor eficiencia en la operación de los pozos y la ola positiva viene del año pasado.
Pero nada está tan asegurado hacia 2020. “Vaca Muerta tiene el potencial para generar dólares que se necesitan para pagar la deuda”, puntualiza Alvarez. Sin embargo, también cree que los “precios locales (de los combustibles) deben ser parecidos al internacional para que el mercado sea atractivo”. Esa condición podría estar reñida con el anuncio de Alberto Fernández de “desdolarizar” las tarifas.
Para que el consumidor local no sufra las oscilaciones del precio del petróleo (y que la industria lo perciba), el ex ministro Juan José Aranguren pensó en un sistema de “fuelle”: la presión impositiva bajaría cuando el importe del crudo (que es internacional) suba y viceversa. Sin embargo, la implementación de esa idea quedó empantanada por las urgencias fiscales.
Fuente: Clarin