La necesidad de divisas que tendrá el país durante 2020 para afrontar vencimientos de deuda pública puso a sectores dinámicos con capacidad de generación de dólares como ejes de la recuperación del corto plazo. Así, el agro se prepara para recibir más presión tributaria cuanto más primaria sea su exportación, según un informe, que fue confirmado por el presidente electo, Alberto Fernández, quien anunció que junto con la minería y el petróleo serán los sectores que más deberán «hacer el esfuerzo».
«En la Argentina que viene todos tenemos que hacer un esfuerzo. Lo tendrá que hacer el sector del petróleo, el minero y el del campo. Todos los que producen tendrán que hacer un esfuerzo», adelantó el mandatario electo en declaraciones al diario Página 12. Allí preguntó: «Díganme cómo quieren que tenga déficit cero sin mejorar mis ingresos. Una parte lo voy a mejorar haciendo crecer la economía pero en un primer momento van a tener que hacer un aporte todos».
En tanto, un trabajo realizado por la consultora Ecolatina sostiene que es «probable que se imponga un sistema de gravámenes diferenciales» al sector agropecuario ya que el ingreso de divisas por exportaciones netas cumple «un papel central».
En 2020, el principal desafío de la economía argentina serán los vencimientos de servicios de deuda pública relevante, especialmente aquellos nominados en moneda extranjera que alcanzan alrededor de 20.000 millones de dólares, lo que representa el 5% del Producto Bruto Interno (PBI).
«En un contexto de mercados de crédito cerrados -donde el nuevo gobierno podrá intentar abrirlos para refinanciar una parte de los compromisos-, el ingreso de divisas por exportaciones netas cumple un papel central», señaló la consultora.
En ese marco, precisó que «en los primeros nueve meses de 2019, dos de cada tres dólares que ingresaron al país por ventas externas de bienes correspondieron al sector agropecuario», y pronosticó que «este número será similar el año próximo» ya que «no habrá cambios estructurales en el corto plazo».
«Partiendo del esquema de retenciones vigente hasta 2015, es probable que se imponga un sistema de gravámenes diferenciales, en donde a mayor valor agregado, la carga impositiva se relaje», describió Ecolatina.
En sintonía, detalló que «un 60% de las exportaciones de maíz corresponden al grano en bruto, mientras que en el caso de la soja las ventas externas del poroto representan sólo el 10% del total», por lo que consideró que «es posible que la pérdida de rentabilidad del complejo maicero sea mayor».
«Producto de las especulaciones en torno a la sanción de una ley de emergencia alimenticia u otras políticas que intenten abaratar el precio interno de los alimentos, las chances de la aplicación de derechos de exportación al maíz se incrementan. Más allá de la efectividad concreta de la medida, la misma aspiraría a garantizar precios internos bajos», concluyó el informe.
Fuente: Reconquista