Temen que las políticas económicas intervencionistas frustren la próxima gran esperanza del país, según un artículo de Bloomberg.
Los petroleros en Argentina tienen miedo de que las políticas económicas intervencionistas frustren la próxima gran esperanza de shale del mundo. Así resume Bloomberg la situación en Vaca Muerta.
En un artículo titulado “El tesoro de shale de la Argentina corre riesgo de quedarse enterrado, dicen los jefes petroleros”, el medio especializado señala que las inversiones en el mega yacimiento, que podría convertir al país en un proveedor global de energía, habían estado aumentando hasta que Alberto Fernández ganó las elecciones presidenciales el mes pasado.
El triunfo de la dupla Fernández – Fernández generó incertidumbre entre las compañías que operan en la yacimiento neuquino ya que hablaron, en campaña, de la “regulación de los mercados energéticos”, al revés de Mauricio Macri, que defendió las políticas de libre mercado para el sector.
El artículo completo
Los perforadores en Argentina tienen miedo de que las políticas económicas intervencionistas frustren la próxima gran esperanza de shale del mundo.
Las inversiones en Vaca Muerta –una formación de shale del tamaño de Maryland en la Patagonia que podría convertir a la problemática nación en un proveedor global de energía– habían estado aumentando. Pero eso fue antes de que Alberto Fernández ganara las elecciones presidenciales el mes pasado. Asume el cargo en cuatro semanas.
Ahora, los exploradores petroleros van sin rumbo, preguntándose si Fernández adoptará algunas de las políticas de libre mercado que el presidente saliente, Mauricio Macri, ha defendido. Después de todo, Fernández y la vicepresidente electa, Cristina Fernández, han hecho campaña sobre la regulación de los mercados energéticos.
“Este es un momento crucial”, dijo German Macchi, gerente de Argentina para Pluspetrol SA, en una conferencia la semana pasada en la ciudad portuaria de Mar del Plata. “Estamos esperando claridad para continuar”.
En el pasado, los precios estrictamente regulados frustraron la exploración petrolera y pesaron sobre la economía a largo plazo, asegura José Gabriel López, viceministro de Energía, Minería e Hidrocarburos en la provincia de Neuquen, el epicentro de la perforación de Vaca Muerta.
Cercados
Los ejecutivos petroleros en la conferencia dijeron que estaban particularmente preocupados por cómo Fernández administrará la economía en general. Eso se debe a que si se tambalea en las reformas orientadas a los negocios de Macri, limitando las exportaciones, ajustando los controles de divisas o antagonizando a los acreedores, eso perjudicaría su capacidad de aprovechar los mercados de capitales.
“Si estamos cercados por el riesgo país, este tipo de desarrollo no será posible”, dijo Danny Massacese, director de operaciones de Energía Panamericana, la perforadora privada más grande de Argentina.
Un alto riesgo país puede ser especialmente problemático para compañías de tuberías como Transportadora Gas del Norte SA, que requerirá financiamiento externo para construir el ducto de 1.050 kilómetros necesario para transportar la producción de Vaca Muerta a los mercados. No está claro si Fernández continuará con la licitación.
“La oportunidad es ahora”, asegura Daniel Ridelener, director ejecutivo de TGN. “Si nos dormimos durante 10 años, será demasiado tarde”.
Cambiar la historia
La incertidumbre política llega en un momento en que las compañías petroleras en Argentina que buscan replicar el éxito del auge del shale en Estados Unidos ya están sufriendo por los límites a los precios del crudo. Macri estableció los límites en agosto para controlar la inflación, en un intento fallido y de último recurso para ganar la reelección. En consecuencia, la perforación se desaceleró en Vaca Muerta, lo que demuestra la necesidad de políticas consistentes bajo el próximo gobierno.
“Vaca Muerta puede cambiar el curso de la historia de Argentina”, dijo Ricardo Markous, un alto ejecutivo en Tecpetrol SA, una unidad del Grupo Techint que gastó US$2.000 millones en la producción de gas de esquisto en los últimos dos años. “La roca está ahí. Necesitamos reglas de juego claras y constantes”.
Fuente: Cronista