ras fuertes campañas para incentivar el consumo de arándanos y luego de la apertura de las cerezas para el mercado chino, los frutos finos están en auge. Y uno de los grandes jugadores en este rubro en el país es Extraberries, del empresario petrolero Alejandro Bulgheroni (Pan American Energy). Su compañía frutícola factura anualmente entre 15 y 20 millones de dólares.
La firma se originó en 2007 y en julio pasado se fusionó con otras tres empresas. Todas unificadas producen arándanos, cerezas y, en menor medida, peras y manzanas, en sus más de 500 hectáreas en campos ubicados en Salta, Entre Ríos, Río Negro y Chubut.
“En cerezas somos los productores más grandes de la Argentina, tanto en hectáreas como en kilos exportados, y en arándanos estamos entre los cinco primeros”, dijo a LA NACION el CEO de la compañía frutícola, Adolfo Storni.
Si bien el fuerte de la empresa es la exportación, el ejecutivo contó que desde hace tres años el mercado interno de consumo de arándanos comenzó a crecer de la mano de campañas de difusión y promoción sobre las características y beneficios de este fruto azul. Según datos del Mercado Central, a partir de la campaña #MejorConArandanos, en 2017, por ejemplo, el consumo nacional creció en un 250%.
La compañía produce por año aproximadamente 2 millones de kilos de arándanos y 3 millones de kilos de cerezas, de los cuales entre un 70 y un 80% se exporta. “En el corto plazo posiblemente volcaremos más de la mitad del volumen producción de cereza en el mercado chino”, expresó Storni.
Además del gigante asiático, también son receptores de ambos frutos Estados Unidos, Canadá, Europa, Brasil y Medio Oriente. Cuando entre fines de 2018 y principios de 2019 se abrió el mercado de exportación de cerezas y arándanos a China, las expectativas comerciales y de intercambio de la compañía aumentaron.
Además, el ejecutivo contó que están trabajando con el Senasa y autoridades de China para que se habilite a la Patagonia como zona libre de plagas, algo que agilizaría la operatividad del comercio. “Eso cambiaría el protocolo y no nos exigirían más la permanencia de las cerezas en una cámara con frío por 15 días”, indicó Storni.
La Argentina tiene grandes competidores mundiales en este tipo de productos. Según Storni, países como Chile y Perú tienen una ventaja competitiva dado que no tienen aranceles para ingresar a ciertos mercados. “Cuando vamos a China pagamos 10% en el caso de cerezas y 15% en arándanos. Eso nos quita competitividad”, añadió. Además, el ejecutivo reclamó por la presión fiscal, la falta de créditos y la necesidad de acuerdos de libre comercio.
Sin embargo, para equilibrar esa desventaja competitiva Storni destacó la calidad y el sabor del fruto argentino. Según remarcó, debido a la demanda mundial de estos frutos el país tiene un potencial enorme.
Además, Storni resaltó el rol que puede jugar este tipo de firmas para el desarrollo de la Argentina. Durante 2018 solo en inversiones de nuevas líneas de empaque y coberturas para mitigar el riesgo climático la compañía invirtió más de US$10 millones, cifra que no contempla los gastos laborales.
Al tratarse de frutos finos, la cosecha no es mecánica como en otro tipo de plantaciones. Requiere mano de obra que genera un impacto social en las zonas donde produce. Mientras que la cosecha es manual, el packacking de los frutos está tecnificado e involucra robots y máquinas.
En la actualidad la empresa tiene una estructura fija de 200 empleados y en época de cosecha y de poda algunos campos superan las 1000 personas. Entre los cuatro campos, en plena campaña se pueden alcanzar los 4000 trabajadores.
“Esperamos que el próximo gobierno tenga una agenda productiva que nos ayude a nosotros a traer más dólares al país, generar inversiones, empleo y desarrollo local. Cada empresa frutícola exitosa termina generando una comunidad más próspera”, insistió.
Con respecto a las innovaciones y la expansión de la empresa, contó que la compañía inició un proceso de reconversión de variedades de frutos y que está buscando más producción por hectárea, más calibre, mejor color y más tolerancia al viaje largo. En este sentido firmaron un acuerdo de exclusividad con uno de los mayores viveros del mundo, que lanzó la variedad de arándano llamado eureka. Esa variedad será plantada a mayor escala en 2020 en el país. Esta incorporación implicará un salto cualitativo en el nivel del producto.
Además de la reconversión, desde la empresa contaron que las nuevas plantaciones de cereza están realizándose como “huertos peatonales”, lo que implica que el pie del frutal (el porta-injerto) crea plantas más petisas que permiten cosechar sin necesidad de utilizar escaleras. “El operario puede trabajar parado, es menos peligroso, menos costoso y más productivo”, explicó Storni. A su vez, tienen planificado aumentar la superficie de cereza en 500 hectáreas.