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Los cálculos indican que se generarían ingresos por 10.000 millones de dólares al año. La condición para alcanzar ese nivel es eliminar el control de cambio.

El premio de hacer las cosas bien es enorme para Argentina y debemos asegurarnos que todos los dirigentes lo entiendan”. La frase corresponde a un funcionario de la petrolera de mayoría estatal quien advirtió que pese a la vasta repercusión que tuvo el congelamiento del crudo, el principal problema que hoy enfrenta la industria petrolera es el control de capitales que además, estiman que perdurará por más de un año y medio.

Esa extensión de un control de cambio que promete con dañar la llegada de multimillonarias inversiones de petroleras extranjeras, es la antítesis de ese “hacer las cosas bien. Es que según se supo, en el cálculo de la operadora el potencial exportador en el corto plazo, en apenas cinco años, implica además la inyección de inversiones del orden de los 6.000 a 7.000 millones de dólares por año, la creación de 18.000 puestos de trabajo y la recaudación de impuestos por año de 3.400 millones de dólares.

En la vereda opuesta desde la industria se planteó un escenario similar al de 2004, en el cual el país deberá volver en cinco años a importar crudo y culminará generando un pasivo en la balanza energética de 36.000 millones de dólares.

El incremento en la producción de Vaca Muerta es notable y se viene un ramp up (salto en la producción) de YPF y de otras compañías”, detallaron desde la operadora que reconoció que desde la firma de mayoría estatal están teniendo encuentros con representantes del Frente de Todos sobre esta temática.

En números

450.000 a 500.000: barriles de petróleo por día estiman que las operadoras del país podrán exportar en 2024. La cantidad es similar a la actual producción que registra todo el país.
10.000 millones de dólares: son los ingresos anuales que ese nivel de exportaciones podría generar para el país.

Si bien en las últimas semanas el congelamiento del precio del crudo y los combustibles concentró la agenda del sector, se advirtió que el atraso en los precios no es mayor a lo registrado en otros momentos de los últimos dos años.

Desde YPF se explicó que en el caso de los combustibles el desfase es del orden del 17 al 20% y para el crudo del 18 al 20%. Y se remarcó que “es una diferencia que la industria podría haber manejado sin la necesidad de hacer un congelamiento de precios”.

Es por esto que se graficó la situación generada en el sector luego de las elecciones PASO con la idea de una tenaza doble: por un lado el congelamiento del crudo y a la vez el posterior control de capitales que promete quedarse por mucho más tiempo.

El atraso en los combustibles es del 17 al 20%. Lo podríamos haber gestionado sin hacer un congelamiento que daña a la industria”,

Nos preocupan las restricciones financieras, el reperfilamiento de la deuda, porque los inversores necesitan poder llevarse y mover sus divisas porque son los que van a poner las grandes inversiones, de más de 1.000 millones de dólares, y por eso tenemos que darles garantías”, indicaron desde YPF y remarcaron que “hoy estamos metidos en el barro, haciendo todo para salir y la oportunidad es enorme”.

El escenario en el gas

En el otro segmento de los hidrocarburos, el gas, el panorama no es tan bueno. La baja demanda continúa forzando al cierre de pozos productores, pero además los precios se mantienen bajos por la sobreoferta y la devaluación.

La disyuntiva en este caso para permitir un nuevo incremento en la producción es incrementar las tarifas hoy congeladas pero sin que impacten en el sector residencial que es el que hoy está pagando el precio más cercano a los 4 dólares por millón de BTU, el piso estimado como correcto.

Esta mala señal en el segmento del gas es la que ha marcado saldos negativos en los últimos dos balances trimestrales de la operadora que de todas formas muestra un sólido estado financiero, con una facturación anual estable en 15.000 millones de dólares y un endeudamiento con un índice de sólo el 2%.

De todas formas desde la compañía se reconoció que si bien con los actuales cambios introducidos por el gobierno se ratificó la no baja de equipos, también se señaló que de extenderse las medidas –en especial el control de cambio- podría haber afectación el año entrante en lo que hace al nivel de inversiones.

Fuente: Rio negro