La demanda mundial de gas licuado muestra una estacionalidad creciente, y la potencial producción en la Argentina durante los meses de verano coincide con la fuerte demanda invernal de los servicios públicos del continente asiático
Wood Mackenzie es una de las consultoras internacionales especializadas en energía más importante a nivel internacional. En un reciente informe titulado “El GNL [gas natural licuado] argentino está listo para satisfacer el pico de demanda de Asia”, la consultora señala que en el año 2024, el país tendrá una producción de gas líquido a gran escala.
Según Wood Mackenzie, se espera que el aumento de la producción de gas natural en la Argentina, junto con los costos competitivos del transporte mundial de GNL, posicione al país “como una fuente emergente de suministro de gas a Asia durante los períodos de mayor demanda”.
En julio, la producción de gas en el país creció 9,3% interanual y fue la más alta en 14 años con 144 millones de metros cúbicos diarios (m3/d). Si bien el gas convencional tuvo una caída del 5%, la producción no convencional, que se extrae en Vaca Muerta, compensó esa reducción con un crecimiento interanual del 34%.
Para poder convertir el gas a estado líquido, se necesita construir una planta de licuefacción, que puede tardar entre cuatro y cincos años en estar finalizada, y que costaría entre US$3000 y US$4000 millones. Para ello hará falta que se cree un consorcio de al menos tres empresas interesadas en exportar el gas licuado que reúnan el capital para invertir y que compartan los riesgos.
“La producción de gas de Vaca Muerta ha cambiado drásticamente la perspectiva del gas argentino. Ya está trayendo gas barato para la industria local y también apoya la construcción de nuevos gasoductos. Sin embargo, ni siquiera la demanda interna y las exportaciones a países vecinos como Chile y Brasil son suficientes para el potencial de gas de Vaca Muerta. Las exportaciones de GNL podrían ser una solución que permita que la producción de Vaca Muerta continúe creciendo”, dijo Mauro Chávez Rodríguez, analista principal de Latin America Gas & GNL de Wood Mackenzie.
“El GNL de la Argentina podría ser interesante para los jugadores que desean diversificar el suministro fuera de América del Norte. La estacionalidad de su producción también podría verse como una virtud para las empresas de servicios públicos asiáticos que buscan contratar solo sus meses de demanda máxima en el hemisferio norte”, agregó.
En relación al principal competidor que tendría la Argentina en el continente, Estados Unidos, Wood Mackenzie dice que el país tendría costos de envío más bajos para llegar a los mercados asiáticos, ya que a diferencia de las instalaciones de las plantas licuefactoras estadounidenses que están en la Costa del Golfo, se evitaría posibles congestiones en el Canal de Panamá y podría ser una alternativa general más barata.
El consumo de gas en la Argentina es muy estacional: en cuatro meses del año, de mediados de mayo a mediados de septiembre, la demanda se quintuplica en relación al resto del año. A pesar de otros desafíos de precios planteados por la utilización estacional de las plantas de GNL, Wood Mackenzie estima que el breakeven para el GNL argentino será de US$8 el millón de BTU sumado el costo de envío a Japón.
El analista señala además que algunas empresas asiáticos ya están activas en el la producción local, como Petronas, de Malasia, que participa con YPF en el bloque La Amarga Chica, y la china CNOOC que está presente de manera indirecta a través de su filial, Pan American Energy (PAE), en Aguada Pichana Oeste. Mientras tanto, Qatar Petroleum recientemente mostró interés en la Argentina, al comprar una participación de la unidad de negocios de Exxon Mobil en ese país y también se asoció para la exploración offshore (en alta mar).
“Vemos más oportunidades para los jugadores asiáticos que buscan inversión extranjera, no solo en la fase inicial sino también en las principales infraestructuras intermedias, como plantas de procesamiento de gas, tuberías, petroquímicos y plantas de exportación de GNL”, concluyó Chávez Rodríguez.
Al momento, la Argentina solo exporta el gas a países limítrofes, en especial a Chile. Según la investigación, Wood Mackenzie anticipa que los volúmenes de producción de GNL podrían llegar a 6 millones de toneladas anuales (22,7 millones de m3/d) en 2024, que luego podrían crecer a 10 millones de toneladas anuales (37,8 millones de m3/d) para 2030″, indica el informe. Una tonelada de gas licuado equivale a 1380 m3 de gas natural.