Para llevar a cabo la transición energética hace falta un enfoque global, estabilidad en las decisiones políticas y seguridad para los inversores multinacionales.
Un informe elaborado y publicado por la Asociación Española de Profesionales de Automoción (Asepa), el Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Madrid y el Instituto universitario de investigación del automóvil (Insia) analiza la situación en el camino hacia la movilidad sostenible y sus derivaciones, como el impacto sobre el medio ambiente y la hoja de ruta hacia la electrificación.
Y en sus conclusiones destacan la gran importancia que ha cobrado la irrenunciable movilidad para la sociedad. Pero también la imperiosa necesidad de un libro blanco que aborde el problema de la transición con rigor y un indispensable pacto de Estado que garantice las políticas necesarias para realizarla y sostenerlas durante el tiempo necesario.
No todo son malas noticias, ya que, pese a las últimas tendencias, las emisiones contaminantes y las emisiones de CO2 en España se han reducido respectivamente un 90% y un 20% en comparación con un vehículo de más de 10 años. Pero esta drástica disminución, debida a los avances tecnológicos, se ve lastrada en la práctica por un parque envejecido que no se ha renovado proporcionalmente respecto a la aparición de nuevos vehículos con bajas o cero emisiones.
La red de carga, un freno al coche eléctrico
Y es aquí donde cobra protagonismo el coche eléctrico como solución a corto y medio plazo. Sin embargo, el objetivo de contar en España con un parque eléctrico dentro de una década que sustituya progresivamente a los coches de motor térmico provocará que unos 15 millones de coches a pila duerman en la calle, donde necesitarán una red eficaz de suministro eléctrico. Es poco tiempo y la situación actual de puntos de recarga se convierte en el principal freno a la expansión de este tipo de vehículos.
Por otro lado, y según el informe, el vehículo eléctrico es más económico de usar que el de combustión y esa ventaja va a ser la que produzca su crecimiento. En una carga doméstica el precio de utilización de un eléctrico está entre los dos y tres euros cada 100 kilómetros. Y en desplazamientos largos por carretera, el coste de una carga rápida es similar al de repostar un coche de combustión. No obstante, la incertidumbre sobre la autonomía y la recarga que generan este tipo de vehículos apuntan a la necesidad de desarrollar otro tipo de tecnologías como la pila de hidrógeno, el elemento más abundante y que se puede producir industrialmente. Pero habrá que esperar más tiempo para conseguir que esta alternativa sea competitiva a pie de calle.
Otro de los principales retos y no menos importante de la transición energética es la transformación de la industria del automóvil, un pilar fundamental de la economía española. Representa aproximadamente el 10% del PIB nacional y emplea de forma directa a 72.300 trabajadores en 17 plantas de fabricación. Y el 19% de su producción está destinada a la exportación, aportando 34.000 millones de euros. Garantizar la estabilidad normativa en el sector y aportar seguridad a los grandes grupos fabricantes de automóviles será muy necesario para garantizar la transformación de la industria en el camino de la electrificación del automóvil.
Los objetivos deben ser realistas
Para llevar a buen puerto la transformación energética, una necesidad social y medioambiental que afecta especialmente a los automóviles y al suministro de energía, el informe Transición hacia una movilidad sostenible concluye con ocho recomendaciones:
- Los objetivos que se plantean deben ser realistas, medibles en el corto y medio plazo y contar con todas las tecnologías disponibles, eficientes y asequibles para el consumidor.
- Las políticas han de basarse en el principio de neutralidad tecnológica y en criterios de eficiencia.
- Debe asegurarse la uniformidad regulatoria que ha de responder tanto a objetivos ambientales como a la viabilidad económica y técnica y ser uniforme a nivel nacional.
- Ante retos tan importantes es imprescindible abordar políticas que apoyen el desarrollo de talento.
- Se considera necesario invertir en más instalaciones e infraestructuras de generación de energía limpia y en su distribución.
- Es absolutamente necesario establecer una planificación de infraestructuras de recarga acorde con los objetivos de electrificación del parque de vehículos.
- A corto plazo, se considera imprescindible y urgente para la reducción de los impactos medioambientales de los vehículos establecer incentivos a la renovación del parque.
- Los vehículos con pila de combustible, alimentados con hidrógeno, y sus tecnologías asociadas, deberán ser objeto de análisis de planes y de programas que permitan crear futuro antes de perder el tren.
Fuente: Motor